La sociedad entre el crimen y el gobierno

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La sociedad entre el crimen y el gobierno

Domingo, 01 Septiembre 2019 00:06 Escrito por 
La sociedad entre el crimen y el gobierno Lo bueno, lo malo y lo serio

El recrudecimiento de la inseguridad empieza a tener en jaque a la sociedad entera, los acontecimientos de sangre, así como robos violentos y a plena luz del día, muchos de ellos con resultados fatales de las víctimas o de algún infortunado que por alguna razón encontró su destino en el lugar menos imaginable posible, se han vuelto cotidianos.

La escalada de violencia tiene aterradas a las familias mexicanas, al grado de ver partir a sus seres amados hacia sus labores cotidianas, estudio, trabajo, compras, etcétera, sin la seguridad de que regresarán al caer el día. Son muchos los desaparecidos, los muertos, los secuestros, los feminicidios y parece que en lugar de guardar la esperanza de que las cosas se van a componer, tienden a empeorar.

México se encuentra en una incertidumbre galopante, gobernado por personas que no quieren aceptar lo que sucede, que es mejor voltear la cara a otro lado o peor aún, culpar a los anteriores gobiernos, o a quien les parezca mejor, empezando por la letanía del presidente Andrés Manuel López Obrador, no hay, ni por asomo, la posibilidad de que acepte que debido a su política en este sentido, las cosas han empeorado.

Los números no mienten, aún con sus otros datos, son de escándalo. Se le ha preguntado respecto de éste álgido tema y su respuesta invariablemente es que todo es el resultado de una mala aplicación de la política neoliberal, la cual tiene la culpa materialmente de todos los males que aquejan a esta nación.

No obstante, la delincuencia es tan antigua como la humanidad misma, ¿quién puede decir en dónde empezó? Si hacemos cuentas, México se fundó hace mas de 10 mil años, según AMLO, entonces, más o menos es la antigüedad de esta actividad tan propia del ser humano, pero no fue obra del neoliberalismo que tanto odio le causa al presidente, y sí es el resultado de las actividades del crimen organizado, y su relación con el negocio de los estupefacientes que las cosas han empeorado.

Existen condiciones desafortunadas, eso sí, que le han dado la oportunidad a quienes se dedican a esta actividad para generar un crecimiento imparable, y que encontró auge debido a varios factores; la corrupción rampante en los cuerpos de seguridad, el tráfico de armas, el jugoso negocio que representa el mercado en los Estados Unidos, entre ellos.

Ese negocio que se maneja en dólares, resulta ser bastante redituable, es precisamente por lo que existe la ambición de su control, las historias de los capos dedicados a esta actividad dan cuenta de ello.

Por eso los cárteles buscan controlar territorios, y cuando un grupo rival pretende ingresar a alguno de los que “pertenece” a otra banda, se dan cruentos enfrentamientos, con resultados más que conocidos de sangre y muerte.
 
El negocio involucra a criminales, autoridad y sociedad, sólo que es precisamente el grueso más importante, el de la sociedad, el que resulta ser el más afectado, porque queda entre los criminales y las fuerzas de seguridad.

En primer término, el cuerpo de seguridad pública municipal es el que debería estar más cercano al pueblo, sin embargo, el desprestigio con el que se le identifica hoy en día, causa más que desconfianza, el motivo es más que obvio, están infestados de corrupción.

Y son las condiciones vulnerables en las que se encuentran que generan el caldo de cultivo que representan para los delincuentes, aunque no son los únicos, pues los estatales y federales corren con la misma suerte, en esto tienen que ver los bajos salarios, la falta de equipo y armamento, preparación e instrucción, además de ser objeto de amenazas para su familia.
 
El caso es que nunca como hoy el descaro ha llegado a niveles tan preocupantes, los crimínales que pertenecen a la delincuencia organizada tienen la libertad de pasearse en caravanas, incluso durante las fiestas de los lugares en los que tienen control, de hecho, varios de los vehículos que utilizan se encuentran rotulados con sus siglas.

La apuesta del gobierno de López Obrador es que se va a enfocar en las causas, no va a dar la orden de atacar el fuego con el fuego, no es ojo por ojo como, desde su punto de vista, debe enfrentarse a los delincuentes, porque también son pueblo, y quedarían todos tuertos o chimuelos, pero, a final de cuentas, y de acuerdo a los resultados de sus primeros nueve meses de gobierno, no ha sido una buena estrategia.

Lo peor de todo esto, es que la sensación de inseguridad mantiene en un hilo el alma de los mexicanos, en especial de los que no cuentan con seguridad privada, es decir, la inmensa mayoría.

Mientras unos buscan culpables, otros toman control de forma violenta. Basta un ejemplo; en el bar “El Caballo Blanco” de Coatzacoalcos en el Estado de Veracruz, se provocó un incendio, del que resultaron 29 personas muertas por sofocación. El gobernador de la entidad, Cuitláhuac García, acusó que el probable responsable de la tragedia identificado como Ricardo Moreno, (a) “La Loca”, había sido detenido en dos ocasiones y presentado ante la Fiscalía General del Estado, pero que había sido dejado en libertad 48 horas después, sin embargo, la fiscalía informó que éste no fue presentado en sus instalaciones, sino ante el Ministerio Público de la Federación.

Resulta ser aún más trágico el hecho de que la máxima autoridad estatal en lugar de abocarse a solucionar el problema de inseguridad que impera en la entidad, convierte todo en un mensaje político en contra del Fiscal General Jorge Winckler Ortiz, con quien no es ningún secreto que mantiene serias diferencias.

La inseguridad sigue siendo la asignatura pendiente del gobierno, cuyo titular presume que le entregan el parte de novedades todos los días, a las 6 de la mañana, pero eso demuestra sólo una cosa, que es de los funcionarios que adolece de “reunitis” y que piensa que levantarse muy temprano y acostarse muy tarde es ejemplo de trabajo. No señor, no lo es, y los hechos lo dicen, la estrategia bien planeada y las instrucciones acertadas pueden dar mejores resultados. Trabajar muchas horas no es igual a ser efectivo.

 

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Alfredo Albíter González

Lo bueno, lo malo y lo serio