Hiper-medios de comunicación
Los medios de comunicación, a través de sus contenidos (programas y publicidad) han contribuido a la resignificación de las distintas etapas por las que pasa la vida de una persona promedio en este pujante siglo XXI. En el caso de la adolescencia, al haber transformado el periodo antecedente (la infancia) la mayoría de las chicas y los chicos, a partir de los 10 u 11 años, ya han visto un caudal de imágenes hiper-erotizadas y candentes en internet, la televisión, el cine, los anuncios expectaculares, las revistas, los cómics y los videojuegos
¿Por qué hay gente que pone ojos de plato ante las fogozas escenas que nos obsequian diariamente las parejas de adolescentes a la salida del colegio, si les hemos heredado una sociedad hedonista, en la que el deseo sexual y el placer no parecen tener ningún tipo de consecuencia? Pase usted lista a la mayoría de telenovelas, filmes o series y llegará a la conclusión de que un encuentro sexual carece de consecuencias para quienes representan la entrega pasional.
En tales escenas heterosexuales, el condón masculino brilla por su ausencia; las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) jamás se presentan; vamos, ni el mínimo escozor poscoital se atreve a manifestarse por temor al qué dirán de las cámaras o la respetable audiencia; no se diga de un embarazo imprevisto, pues todas las parejas que desparraman fluidos entre sábanas o en cualquier sitio, se han entregado al pecado de la carne en días infértiles por obra y gracia del espíritu santo; que para eso es un hálito sacro que todo lo puede. Desde la fe, todo se puede.
En la década de los años 80, imitando a otros países, se creyó que México podía y debía tener televisoras y radiodifusoras regionales que, conjuntamente con otros medios públicos de pretendido alcance nacional como Canal 11, Canal 22, Radio Educación y aquel extinto Canal 13, creado en 1983 por mandato divino; perdón, quise escribir, “por orden del Presidente Miguel de la Madrid”, constituían una red de medios de comunicación que itentarían hacer llegar y crear otros contenidos mediáticos de corte cultural y educativo. La realidad es que fueron avasallados por contenidos hipercomerciales que fundan su quehacer en todo aquello que el deseo más lúbrico impone y que genera plusvalía.
Como se recordará, a partir de 1993, la privatización en medios de comunicación y en otros rubros –cual fuerza hormonal de adolescentes—fue in crescendo y la mayor parte del espectro mediático fue quedando en manos privadas, al tiempo que se acompasaba el desabrigo (casi hasta la inanición) de aquellas radiodifusoras y televisoras estatales, que se fueron convirtiendo en ansiosas voceras gubernamentales. Afortundamente esa etapa ha quedado atrás, pues el neoliberalismo ha muerto para siempre en México, desde el pasado 1º de diciembre de 2018.
A pesar de tal cese del periodo neoliberal, el hecho es que las adolescencias posmodernas, en el farragoso y descontrolado periodo de vida que corre de los 10 a los 19 años, ha sido precargado en las mentalidades colectivas de los y las núbiles con una fuerte dosis hedonista –y, líquida, según Bauman-- que reclama fiesta, placer, exploración polisexual, desinhibición, con tal de dejar salir cualquier deseo erótico que se nos antoje; nada más por ver qué pasa; qué tal si resulta una buena o nueva historia.
Desde luego, no vamos a sacar inmediatamente nuestros escapularios ni los rosarios para santiguarnos, porque si no, de qué viven los anunciantes (empresarios) en los hipermedios. El asunto es que la atención a la salud sexual y reproductiva en la población adolescente y juvenil, pasa no solamente por el fallido control de los ardorosos cuerpos. Hace varias décadas que “pasarla bien”, disfrutar, explorar, probar, atreverse, incursionar en otras dimensiones sicalípticas, ha marcado la tónica de esta época posmoderna.
En medio de esta selva epicúrea, las políticas públicas encaminadas a la sexualidad saludable en grupos vulnerables se pierde o languidece el Estado Mexicano a pesar de las incontables estrategias que se orquestan desde los tres ámbitos de gobierno.
Hasta aquí, por ahora.
*Red Internacional FAMECOM A.C.