Nuestro país tiene que mirar hacia el futuro aplicando tecnologías sostenibles y sustentables para una mejor gestión de sus residuos sólidos. Organismos internacionales, como el Banco Mundial, prevén que para el año 2025 se generarán aproximadamente 2 mil 200 millones de toneladas de basura al año. En México hasta 2012 existían más de 260 rellenos sanitarios, obras de ingeniería controladas en las que se dispone de la basura pero que, en su mayoría, no cumplen con las normas de funcionamiento especificadas en la Norma Oficial Mexicana (NOM) 083-Semarnat-2003, y que además no serán suficientes para el manejo de grandes cantidades de basura.
Los rellenos sanitarios resultan peligrosos por el tipo de sustancias que se manejan y que requieren de un control, como los lixiviados, que es el líquido resultante de un proceso de percolación de un fluido a través de un sólido, en ocasiones altamente contaminante; el biogás, que es un combustible que se genera en medios naturales o en dispositivos específicos, por las reacciones de biodegradación de la materia orgánica, mediante la acción de microorganismos y otros factores, en ausencia de oxígeno. Sin embargo, estos materiales en algunas ocasiones no son tratados con el cuidado necesario y, en el caso del biogás, está dejando de utilizarse como la fuente de energía que es.
Una alternativa más son las plantas de termovalorización, que es la transformación de la basura orgánica en electricidad a través de un proceso térmico y además es amigable con el medio ambiente.
El proceso de termovalorización consta de tres etapas esenciales: la de abrasión, que es la fase en la que los residuos se carbonizan a 850°C durante al menos dos segundos; la conversión a electricidad, etapa donde se produce electricidad pasando el vapor por una turbina, y la distribución de la electricidad producida.
Mundialmente ya existen 2 mil plantas de termovalorización, principalmente en China y Japón, Estados Unidos y Europa. Veolia, que es una empresa Francesa, opera 63 plantas en todo el planeta, distribuidas de la siguiente manera: 10 en Reino Unido, 42 en Francia, 6 en Taiwán, 3 en China, 1 en España, 1 en Portugal.
Los beneficios son bastantes ya que, además de generar energía a través de los residuos sólidos, es una manera sostenible para el destino de los presupuestos de los gobiernos al invertir en tecnología que contribuya a reducir las emisiones del CO2, para abonar en una mejor calidad del aire que respiramos y el mejoramiento de la salud de los ciudadanos.
Convertir el problema de la basura en una fuente de ingresos para los gobiernos al transformarla en energía, puede abastecer a los hogares de las familias mexicanas, otorgándole a la basura un valor y generando un nuevo recurso que nos beneficie a todos.
