¿Sabías que existe una moda entre los adolescentes de cortarse los brazos y muñecas de las manos por emociones no controladas como la ira, tristeza, enojo, pérdidas, desencantos, culpa o dolor?
Muchos adolescentes hoy tienen cortes en sus brazos que realizan con navajas, exactos o cuchillos, sin pensar en la graves consecuencias.
Esto es una gran secreto a voces, en el nivel secundaría, es muy común escuchar; “ella, el también se corta”.
Es difícil comprender porqué se lesionan a propósito.
Algunas personas adoptan este comportamiento cuando tienen problemas o sentimientos dolorosos y no han encontrado otro mecanismo para manejarlos o superarlos.
En la mayoría de los casos, las personas que se cortan así mismas no hablan mucho sobre el tema, ni les dejan saber a los otros que lo están haciendo. Pero, en algunos casos, lo revelan a un amigo. A veces, los amigos se enteran de otras maneras.
En los salones de clase, todos saben quien realiza esta práctica de cortarse, lo importante es poder brindar ayuda oportuna, pues se corre el riesgo que alguna lesión sea mortal.
Es importante hablar sobre el tema, sobre los cortes y arañazos, haciendo énfasis que no se le juzgará y que el único deseo es poderlo ayudar.
Pedir ayuda de un experto es lo mejor y buscar un lugar donde puedan tratarlo.
Algunas personas descubren que el impulso de lastimarse desaparece si aprietan un cubo de hielo contra la palma de la mano con fuerza, dibujan con marcador rojo en la parte del cuerpo donde querían cortarse, salen a caminar con un amigo, rompen en pedazos periódicos viejos, acarician a su perro o a su gato, escuchan música fuerte y bailan, o encuentran alguna otra distracción o válvula de escape para canalizar sus sentimientos.
Estas estrategias no reemplazan la ayuda de un consejero profesional, pero posiblemente resulten útiles en el corto plazo.
Es importante ayudarles hacer frente a las emociones fuertes, en lugar de ignorarlas y continuar sufriendo.
La mayoría de las personas que se cortan dicen que no desean morir y que saben cuándo detenerse. Pero los cortes pueden provocar heridas graves o la muerte, incluso cuando el suicidio no sea el objetivo.
Las personas que se lastiman a sí mismas están en riesgo de infectarse, de tener cicatrices, de entrar en estado de shock (por la pérdida de sangre), y hasta es posible que mueran a causa de una herida grave o de cortes que no hayan recibido tratamiento de inmediato.
Además, si no reciben ayuda, es probable que las personas que se cortan sigan sintiéndose socialmente aisladas y deprimidas. Quizá tengan otros problemas (trastornos de la alimentación, trastorno obsesivo compulsivo, trastorno bipolar, trastorno de personalidad fronteriza o depresión severa) que requieran atención profesional a largo plazo.
El primer paso que se da para buscar ayuda suele ser el más difícil, pero es importante hacerlo.
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