“La cultura del presidencialismo mexicano ha dejado marcadas secuelas en la vida cotidiana del país”, expuso en 2010 el especialista investigador en derecho, Diego Valadés, en el artículo El sistema presidencial mexicano. Actualidad y perspectivas, publicado en el Boletín Mexicano de Derecho Comparado y advertía el riesgo de que se deseara reestablecer el autoritarismo en nuestro país.
A tres días de que se cumpla el primer año del gobierno que encabeza el presidente, Andrés Manuel López Obrador, es claro que el ejercicio del poder siempre genera desgaste. Las encuestas indican una caída en la evaluación positiva del titular del Poder Ejecutivo federal, al pasar de 80 por ciento de aprobación (marzo 2019) a 68 por ciento en los últimos días (De las Heras Demotecnia). Algunos estudios, como Consulta Mitofsky, refieren resultados de 57.7 por ciento.
En la cultura política mexicana –lamentablemente- se sigue esperando que todo mejore a partir de las decisiones que tome el presidente, pero el clima de polarización que inició poco antes de las elecciones de julio de 2018 se ha sostenido, e incluso, en algunos temas como las manifestaciones contra los feminicidios o las exigencias de la familia LeBarón para combatir el narcotráfico como si fueran terroristas, han acentuado la división entre diferentes sectores del país.
Proféticamente, el doctor Valadés señalaba hace casi una década: “De no encauzarse el cambio institucional conforme a un nuevo proceso de reformas constitucionales, se podría estragar [descomponer] aún más la confianza social en las instituciones e invalidar la opción de las reformas, abriendo la vía para que prospere la exigencia, hasta ahora contenida, de una nueva Constitución”.
En el artículo –que puede consultarse en la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM- explicó: “En un ambiente muy polarizado, con una derecha fuerte vinculada con una iglesia católica en una etapa conservadora en exceso, y ante una realidad social muy contrastante en función de la alta concentración de la riqueza y de un nivel de pobreza que afecta a casi la mitad de la población, las condiciones para alcanzar consensos razonables no parecen sencillas”.
Hizo una advertencia contundente: “Si las libertades públicas imperantes no permiten construir un sistema de responsabilidades políticas, el riesgo menor está en mantener el statu quo, con una tendencia decreciente en cuanto a la gobernabilidad; y el riesgo mayor consiste en que podría alcanzarse un punto de fatiga democrática que hiciera apetecible, para muchos mexicanos, la restauración autoritaria”.
La restauración autoritaria parece ser una ruta que algunos aspiran transitar, pero no necesariamente significaría una mejora en las condiciones de vida de la población.
De acuerdo con los especialistas económicos y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) estamos en recesión técnica, luego de que dos trimestres consecutivos registraron caídas en los principales indicadores: el Producto Interno Bruto tuvo disminuciones de 0.1 por ciento. Eso significa que como país producimos menos. La promesa presidencial era crecer en promedio 4 por ciento durante este sexenio, lo que se observa difícil.
De hecho, esos datos han tenido impacto en la evaluación presidencial porque el porcentaje de personas que creen que AMLO “está gobernando muy bien y que debe seguir así” disminuyó de 54 por ciento -en los primeros cien días de gobierno- a 41 por ciento en noviembre, y las personas que consideran que “lo está haciendo muy mal” ha pasado de 7 a 16 por ciento.
Si bien el presidente López Obrador mantiene el control de la agenda mediática con sus mañaneras, ya no alcanzará para sostener la esperanza de que las cosas mejorarán en el país. Por ejemplo, el tema de la seguridad sigue siendo uno de los pendientes luego del primer año de gestión y sobre todo después de lo ocurrido en Culiacán y en Chihuahua, además del número acumulado de homicidios: 29 mil 574 hasta octubre de este año, que significan 706 más que el mismo periodo de 2018.
Cada quien hará su propio balance, pero el riesgo de que se prefiera un modelo autoritario sigue latente y algunas señales indican que hacía allá se quiere caminar.
PERCEPCIÓN
Interesante la propuesta de Morena en la LX Legislatura del Estado de México crear la Ley Orgánica del Sistema Integral de Comunicación Mexiquense y reducir el control del Poder Ejecutivo sobre el Sistema de Radio y Televisión Mexiquense. Significaría que la ciudadanía y los tres poderes tendrían injerencia en la programación de ambos medios.
Twitter: @RJoyaC
Publicado en
Opinión
Un primer año… ¿riesgo de autoritarismo?
Jueves, 28 Noviembre 2019 02:29 Escrito por Ricardo JoyaRicardo Joya
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