La acción sin limitaciones de la delincuencia organizada, y en específico los carteles de las drogas, en todo lo largo y ancho de nuestro país, mantiene un clima de temor en la ciudadanía, quien observa cómo se apoderan, cada día, de la vida cotidiana: enfrentamientos entre bandas, fugas de capos, homicidios de inocentes y la presencia de grupos armados, sin que sean detenidos, son la muestra del poderío de estos delincuentes y de la impunidad.
Hace algunos días pudimos observar la fastuosa boda de la hija de uno de los líderes más poderosos de la delincuencia organizada, el Chapo Guzmán, que aún detenido en Estados Unidos sigue mostrando su fortaleza a través de su familia, quienes exponen su riqueza sin limitación y hacen escarnio del Estado de Derecho que debería ser bastión de nuestra nación.
En ocasiones ya no sabemos si la política de ataque directo al crimen organizado era mejor.
Y me preguntaría: ¿qué sucede con la unidad de inteligencia financiera de Hacienda?, esa mano dura que ataca a toldos los enemigos del Estado y sus familias, aquella que congela cuentas a diestra y siniestra, desde ex funcionarios hasta los familiares de un niño que disparó en contra de su maestra, causando una gran tragedia, sí, por lo que se investiga a su familia sin limitaciones. ¿Por qué esa dependencia justiciera de mano dura, no ha congelado las cuentas de la familia del Chapo o de los líderes conocidos de los carteles Jalisco Nueva Generación o la Unión Tepito, o de las familias de los cabecillas de tantos grupos criminales que operan en México? Nombres que seguramente, queridos lectores, no desconocen.
Tema obligado, es la ocurrencia del fiscal general de la República, de atreverse a mencionar la desaparición del feminicidio, en una época en donde el empoderamiento de la mujer y los temas de género se han convertido en el día a día de nuestro país; no se puede tocar ese tema sin dar una explicación que verdaderamente convenza a las huestes feministas y no lo haga ver como un jurista misógino.
Permítanme comentarles, con todo el respeto y cariño hacia las mujeres, que tiene razón (espero no me linchen las mujeres de mi entorno familiar), pero desde el punto de vista jurídico el Feminicidio es un Homicidio con características especiales; sin embargo, la figura legal es el Homicidio, el privar de la vida a otro y en su caso las razones de género deberían tomarse como un agravante, o sea, cuando se cumplan las características del ahora llamado feminicidio tendrá que ser un homicidio agravado al que deberá imponerse una sanción mayor y hasta la pena máxima. En mi sencilla opinión, encuadra en la figura grave de un delito de odio, simplemente es darle una connotación jurídica correcta.
Habrá diversas opiniones en el tema, como en el del aborto y la pena de muerte, que por años se han discutido, pero es importante perfeccionar la norma jurídica para que cumpla con su función de proveer el control social. Es, como ya comenté, solamente mi opinión.
Por cierto: quejas de muchos vecinos y amigos que viven o tienen la necesidad de circular por las calles de Tenancingo y Coyotzin en nuestra ciudad capital, por una seria de atracos que están viviendo desde hace meses, robos a transeúnte, negocio y casa habitación son de todos los días, espero que la autoridad de seguridad pública, pronto les de respuesta para su tranquilidad.
