Escolástica

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Escolástica

Lunes, 13 Abril 2020 00:06 Escrito por 
Escolástica Con singular alegría

Estudiar la creación del universo; averiguar quién escribió los códigos de valores; entender por qué y para qué vino Jesucristo a un lugar más que pobre: a nacer dentro de un pueblo miserable y sufrido que era el judío; armar el entendimiento para valorar el significado de la palabra libertad, amor, constancia y dominio propio; saber por qué Él vino a darnos como buena nueva que… “El Reino de Dios está por llegar”, es algo fascinante.

Esto lo estudio, con un asombroso entendimiento -porque de esto no sé nada-, con muchos eruditos en el tema, que están dentro de una universidad, clásica, seria, bajo la pedagogía ignaciana, llena de gente joven y con ganas de cambiar al mundo: la Ibero.

Me siento y me lleno de luz. De esa que muy pocos seres en el universo tienen la fortuna de vivir. Soy invitada a una maestría en Teología que tiene muchos prerrequisitos, y toneladas de lecturas por leer, entender, analizar y convertir en ensayos; soy una invitada de Jesús. Y en ocasiones me vuelvo loca. La Escolástica me viene bien, me encanta. Es el movimiento filosófico y teológico que intentó utilizar la razón, en particular la filosofía de Aristóteles, para comprender el contenido sobrenatural de la revelación cristiana. La escolástica fue el principal movimiento en las escuelas y universidades medievales de Europa, desde mediados del siglo XI hasta el siglo XVI.

Le debe de parecer extraño y raro esto. Pero sin lugar a dudas, es muy importante mover nuestro entendimiento hacia adentro: saber que venimos de algo asombrosamente maravilloso, que tuvo la gentileza de prodigarnos vida; que fue en extremo generoso de tenernos aquí con una gran singularidad: con un soplo llamado espíritu (el soplo del espíritu); invitarnos a pensar que es nuestra responsabilidad hacerlo crecer o no.

Referencias y palabras para decirnos quién es Dios. ¿Y realmente lo sabremos a cabalidad algún día, o nos trataremos de imaginar la vida después de la muerte? Al ser humano le aterra lo que no conoce.

He indagado que esto es más sensato que ir a pedirle apoyo a muchos gobernantes, para que ayuden a sus semejantes. Ese “algo”, que ellos nunca entenderían. Y que no saben ni cómo manejar. Ojalá que esto tan aterrador que estamos viendo y viviendo en gran parte del mundo, pase por este país de lado, sin hacer tanto, tantísimo daño. Espero… Y diario le pido al todo poderoso que tenga mucha, muchísima misericordia de nosotros. Así sea.

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Gilda Montaño

Con singular alegría