Diablo: Hola, Simplicio. ¿Qué te pasó? Con esa mascarilla casi no te reconozco.
Simplicio: Ay, Malicio, no asustes. Siempre has de andar sorprendiendo y te apareces de repente hasta con el Coronavirus. ¿Por qué desobedeces al Doctor López-Virus 2 y no te quedas en tu casa, tu infierno, maldito demonio?
Diablo: A mí el Coronavirus me hace lo que el aire a Juárez. Pero tú estás sudando...y con esa careta apenas te reconocí.
Simplicio: Pues hay que traer mascarilla contra el Coronavirus y, además, se supone que no debes reconocerme ahora que soy miembro de NA (Neuróticos Anónimos).
Diablo: Caray, de NiNi pasaste a NA, ¿y por qué caíste en eso?
Simplicio: Por estar encerrado todo el tiempo. Cada casa en el mundo se ha vuelto una cárcel, siempre vigilados, un infierno, no se diga en México.
Diablo: Siempre han sido así.
Simplicio: !Por tu culpa!
Diablo: ¿Y Yo por qué?
Simplicio: ¿No dicen que lo más terrible del infierno es que nunca se puede salir de ahí? Así estamos, como en el infierno.
Diablo: Bueno, no hay que exagerar, no es lo mismo. ¿O quieres que te dé una vuelta por allá para que puedas comparar?
Simplicio: Eso quisieras, no, gracias.
Diablo: Bueno, ya sabes, estamos promoviendo al decaído turismo, por eso de la contingencia: Viaje-gratis-al-inframundo-mientras-el-peligroso-mundo-siga-infectado...
Simplicio: No, gracias, prefiero quedarme en casa aunque no me queda más que la red y por internet me mantengo en contacto y hasta me están explicando la terapia de grupo de Los Doce Pasos para neuróticos.
Diablo: Órale, ¿y desde cuándo es eso? Yo creía que eso de los Doce Pasos era para los Alcohólicos Anónimos. ¿No te habrás equivocado y eres más bien AA? Veo tu refrigerador lleno de cervezas y botellas de todo tipo de alcohol, medio llenas por toda tu casa.
Simplicio: Es alcohol... para desinfectar, no todo son bebestibles, sospechosista Diablo.
Diablo: ¿También las botellas de tequila, vodka, whisky, ron, tinto y blanco, etc?
Simplicio: Deja ya de espiarme... te pareces a López-Virus 2.
Diablo: ¿Por qué te refieres al Doctor López-Virus como 2? ¿Y el 1, quién es?
Simplicio: El número 1, por supuesto, es el Gran Machuchón, ya sabes quién...
Diablo: Claro, a propósito, ¿dónde anda el dinámico muchachón, sigue volando?
Simplicio: ¿A ti que te importa? Siempre andas de metiche. Ni en tiempos de plaga dejas descansar.
Diablo: Es cuando más trabajo tengo, con tantas almas que vigilar para llevarme, por eso me preocupa lo que pasa con tu alma, Simplicio.
Simplicio: Pues si quieres saberlo, te vas a decepcionar, maldito Diablo, porque desde que empezó la pandemia me he quedado en casa, sin alma, pero sin ocasión de pecar.
Diablo: No te creo. Como sabes, antes había vida pública, privada, íntima y clandestina. Y hoy, debido a internet, todo se ha conjuntado y ya no hay más vida que por internet. Si no existes en la red, no existes. Y en la red, todos los pecados son posibles.
Simplicio: Mi único pecado es la impaciencia, pero no se te va a hacer llevarme al infierno por más neurótico que esté, padeciendo espanto, ansiedad, temor, preocupación y resentimiento. La neurosis no es pecado.
Diablo: Ah, caray. ¿Y cómo te convertiste en todo eso?
Simplicio: Pues por contagio y !por tu culpa! Primero, me mandaron a casa a hacer Home Office. Y luego decretaron que no salgamos de casa. !TODO POR CULPA TUYA!
Diablo: Oye, ¿Y Yo Por Qué?
Simplicio: Primero porque esparciste el Coronavirus por todos lados y luego porque has hecho que constantemente las emociones se salgan de control en todo el país desde antes de que empezara la pandemia y por ello, se ha deteriorado aún más el comportamiento de los mexicanos. Ahora estamos todos aislados, además de polarizados.
Diablo: Bueno, no todos, mi anónimo y neurótico amigo Simply. Muchos por bondad como el pueblo bueno se portan bien aunque otros por necesidad se resisten a seguir las instrucciones para contener la pandemia.
Simplicio: Porque tienen que buscar el pan o la tortilla de cada día, por así decirlo, en la economía informal. ¿Sabes cuántos quedaron desempleados en sólo dos semanas desde que empezó el encierro? Casi 400 mil, por tu culpa.
Diablo: No puedes echarme la culpa de todo lo malo que pasa en tu país... esto es por un contagio mundial.
Simplicio: Calumnias tuyas, tú has contagiado el mal por todo el país desde hace rato. El pueblo era bueno y por temor al contagio y la falta de apoyos para contrarrestar los efectos nocivos de las medidas para contener al virus ahora andan más descontentos y agresivos que nunca. El pueblo bueno se está arrepintiendo y ya no ve la hora de definir la revocación de mandato.
Diablo: Otra vez, no todos. No se debe generalizar, Simplicio, una buena parte de la sociedad está dispuesta a sacrificar su libertad presente a cambio de su futura seguridad. Es más, muchos están urgiendo por una mano fuerte que no sólo enfrente la crisis sanitaria sino que apoye con más decisión la crisis económica que ha metido al país en una recesión, una gran recesión.
Simplicio: Todo tergiversas, empezando por las palabras. Eres el padre de las fake news y de las mentiras totales que provocan cada vez más neurosis entre nosotros los mexicanos. Eso de la mano fuerte no es más que un eufemismo por Golpe de Estado, que quieren armar algunos desquiciados conservadores.
Diablo: Bueno, en honor a la verdad, hay de mexicanos a mexicanos y de neurosis a neurosis.
Simplicio: Mentiras, maldito demonio, con excepción de unos cuantos hay igualdad entre los mexicanos, si no por otra cosa, al menos porque nos tienes a todos igual de neuróticos y temerosos de ser contagiados por el Coronavirus.
Diablo: Ni tanto, hay clases sociales. No es lo mismo las neurosis de los desempleados, que las de los parados de la clase laboral, ni que las de la clase acomodada.
Simplicio: Te olvidaste la de los ricos...¿No es la neurosis una enfermedad del alma que padecen los ricos en estos tiempos de zopilotes y murciélagos vampiros?
Diablo: Los ricos no tienen alma, porque ya me la han vendido antes a cambio de grandes ganancias en el mundo. Ellos no padecen de neurosis, tienen espíritu empresarial y si registran pérdidas, no es por su culpa, nada más buscan ayuda del Gobierno y ya.
Simplicio: Eres un cínico, que sabe el precio de todo y el valor de nada... ¿de qué sirve ganar todo el mundo, si pierdes el alma? Pero esta vez no hay más de lo mismo, nada de Primero el dinero... nada de Fobaproas o rescates empresariales. !Primero los Pobres!
Diablo: Pobre Simplicio, tan cerca de la neurosis narcisista y tan lejos de la solidaria terapia colectiva.
Simplicio: Pobre diablo eres tú, que no haces sino perjudicar con tus inventos de virus, y estás tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos y de China.
Diablo: Qué bueno que lo mencionas, ya me despido porque voy a ir a Las Vegas, ahí hay muchas almas perdidas que tengo que llevarme a un Viaje Todo Pagado al calorcito infernal, conocido como Entidad Psiquiátrica de Rehabilitación Eterna, jajajajajaja...Good-bye.
Simplicio: Maldito demonio chambón, no descansas ni dejas descansar...pero te vas a llevar la sorpresa que hasta los hoteles-casinos de Las Vegas están cerrados con motivo de la pandemia...
Diablo: Demonios, qué bueno que me lo recuerdas, entonces mejor voy a Macao, llamada Las Vegas de Asia, ahí ya reabrieron los casinos y quiero ver cómo van los momios para un posible rebrote del Covid-19 en Wuhan, antes de septiembre.
Simplicio: !Eres un insensible! No creo que acepten una apuesta así.
Diablo: Claro que sí, a los chinos les encanta apostar, igual que a todo mundo. Por supuesto, antes de ir a Macao pasaré por Wuhan a evaluar si quedaron algunos de mis Coronavirus y si se están confiando por lo que puedo recomenzar un pequeño rebrote para ganar mi apuesta. No hay como ir a la segura...
Simplicio: Maldito Demonio siempre apostando al mal.
Diablo: Simplicio, ahora que en tu encierro te has convertido en Doctor en Microbiología online, habrás aprendido que lo que más interesa saber en la etapa de desconfinamiento es a cuánta gente ha infectado el virus porque eso va a permitir establecer modelos predictivos de cuánto va a durar todavía todo esto. Lo que los científicos como tú... comprenderás saben que como en contagios anteriores este virus se parará en el momento en el que haya infectado a un número determinado de la población, cuando haya lo que en la jerga epidemiológica se denomina inmunidad poblacional. Se estima que si al menos 30% de la población está infectada, es probable que deje de infectar durante un tiempo. Pero si sólo se ha infectado, por ejemplo, el 10%, es posible que cuando se empiece a desconfinar y la población retome sus actividades normales y salga a la calle, el virus continúe infectando y se produzca un rebrote importante. Por eso necesito ir a Wuhan para revisar si los momios están calculando bien la probabilidad... tomando en cuenta una mutación del virus, un rebrote, etc.
Simplicio: !Eres un desgraciado, maldito demonio! Te apuesto que eso no sucederá.
Diablo: Pues en Estados Unidos no saben qué hacer porque quieren desconfinar ya que les está haciendo mucho daño el paro en su economía y Trump quiere reactivarla antes de las elecciones presidenciales de noviembre, pase lo que pase.
Simplicio: !Eres un desalmado, Maldito Demonio!
Diablo: Al contrario, poseo millones de almas...ya sabes dónde y tienes un lugarcito especial en mi ardiente corazón/
Simplicio: Será en tu ardiente quemazón, allá en el infierno. Sana distancia. Primero muerto.
Diablo: Morir es condición necesaria, pero todavía no te toca. Dame un abrazo y para que veas cuánto te quiero, te invito, vamos a China, a los casinos de Macao y a ver cómo anda el desconfinamiento en Wuhan.
Simplicio: Sácate, Diablo maricón, mejor vete solo a la chin..ada. Y de regreso, ni pases por México, vete derecho al infierno y quédate ahí por toda la eternidad.
Diablo: Conste, Simplicio, que como no crees en el rebrote te estoy invitando según tú al lugar más seguro del mundo en la actualidad, después de controlado el virus (con tal de que no haya un fuerte rebrote).
Simplicio: No, gracias, mejor me quedo en casa, bien dispuesto a este largo retiro espiritual y protegido del Coronavirus por mi Ángel de la Guarda, dulce compañía, que no me desampara ni de noche ni de día y en cualquier hora del día será mi luz y mi guía.