La otra pandemia que sufrirá México será la económica. Hasta el momento sólo se alcanzan a vislumbrar algunos datos, pero las consecuencias se reflejarán a fines de año y serán determinantes para 2021.
Los indicadores económicos apuntan a un barril sin fondo. Los analistas económicos y financieros consideran que si el gobierno federal no apuntala la economía con medidas de apoyo adicionales hasta por 1.5 por ciento del Producto Interno Bruto, la caída podría ser demoledora, hasta de -10.5 por ciento.
En la dirección de Estudios Económicos de Citibanamex señalan que todos los indicadores apuntan hacia una recesión más profunda que cualquier otra desde 1030.
En México la población ocupada en el primer trimestre del año era de 55.3 millones de personas. En su reporte del primero de junio, el INEGI advierte que esa cifra disminuyó a 42.5 millones. Es decir, hay 12.8 millones perdieron su empleo en cinco meses; esa cifra incluye al sector informal.
Cuando muchas empresas quieran regresar a la normalidad se darán cuenta que la demanda de sus productos y servicios cayó. Los trabajadores que se queden sin empleo pasarán a la informalidad, porque no habrá más opciones.
La crisis económica en México se agravará por el simple hecho de que ya estaba en condiciones precarias antes de la pandemia. Pronostican -9.0 del Producto Interno Bruto para 2020, asumiendo que el presidente Andrés Manuel López Obrador decida implementar medidas de apoyo adicionales; en caso contrario, las perspectivas serán de -10.5 por ciento.
Cualquier escenario económico que en este momento se plantee puede resultar engañoso porque en México la peor parte de la pandemia todavía no termina y no sabemos para cuándo tendremos aplanada la curva de contagios y decesos.
Hay que considerar que el gobierno federal está ansioso por que la actividad económica regrese a la normalidad, no sólo por los datos duros tan terribles que se han publicado en las últimas semanas, sino porque AMLO al parecer ya no aguanta la presión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump para que eso suceda, pues la integración de las cadenas de producción entre los dos países afecta a muchos sectores.
Por si eso fuera poco, México enfrenta otro problema del que poco se ha hablado y que el propio AMLO ha minimizado, la fuga de capitales. En mayo, por temor, salieron del país capitales en bonos del gobierno mexicano en manos de inversionistas foráneos por 58 mil 71 millones de pesos, equivalentes a 2 mil 685 millones de dólares, al tipo de cambio interbancario de 21.62 pesos por dólar.
Según la jefa de la Subdivisión de Investigación Clínica de la Facultad de Medicina de la UNAM, Rosa María Wong Chew, la proporción de la población mexicana que ha tenido contacto con el Covid-19 es muy pequeña, lo que significa que 80 o 95 por ciento aún puede ser susceptible al virus
También advirtió que ante la proporción de población sin anticuerpos, la vulnerabilidad es muy alta, por lo que probablemente antes de que concluya el año haya un segundo brote de la enfermedad y alertó que ya se padece la primera parte de la pospandemia, pacientes en recuperación con secuelas pulmonares y circulatorias que deben ser atendidos.
Frente a esta situación el país demanda, hoy más nunca, programas emergentes del gobierno federal para apoyar a las pequeñas empresas y a las personas inmersas en la economía informal.
En opinión de Citibanamex, a pesar de los esfuerzos del gobierno federal por acelerar la nueva normalidad, tanto autoridades locales como la población continuarán resistiéndose, hasta que haya evidencia de que la crisis sanitaria está bajo control, algo que se antoja todavía lejano.
Esa es la otra pandemia que afecta al mundo entero y que, en México, todavía no vemos los efectos totales. Hay que cuidarnos y cuidar nuestras fuentes de empleo. Lo peor no ha pasado.