El confinamiento por la emergencia sanitaria del Covid-19 en muchos hogares mexicanos estará marcado por diversas situaciones familiares; sin embargo, una que se acrecentó fue sobre los episodios de violencia de género.
El número de emergencias 911, a nivel nacional en lo que va de la cuarentena, recibió un aumento de 60 por ciento de las llamadas de auxilio de mujeres reportando agresiones por parte de su pareja.
El año pasado, el Sistema de emergencia recibió 197 mil 692 llamadas de mujeres pidiendo auxilio por violencia por parte de su pareja, acoso o abuso sexual y violación.
El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública reveló que en los últimos tres años las denuncias se duplicaron; sin embargo, durante esta cuarentena las llamadas por violencia de género en México aumentaron 60 por ciento.
Del total de llamadas de auxilio por violencia, 30 por ciento pidió asilo, según la Red Nacional de Refugios.
La gran mayoría de las mujeres ya habían vivido un episodio de violencia a menor escala, pero decidieron permanecer con su pareja por la esperanza de un cambio, un cambio que no llegó, una promesa hecha en muchos casos desde el noviazgo, que después en el matrónimo continuó y con la llegada de los hijos se fortaleció, y un cambio que no sucedió y que solo la violencia subió de nivel.
Un factor que influye de manera importante para que las mujeres aguanten a vivir en violencia, son los hijos para darles, dicen; “una familia”, aunque la convivencia sea violenta.
Otro porcentaje de mujeres que aguantan la vida de violencia es por una dependencia económica, porque no tienen donde más vivir, por temor a no encontrar una fuente de empleo, por falta de preparación académica, que las orilla a seguir ahí, aunque su “casa” no sea segura para ellas, ni para sus hijos.
También, otro factor importante que predomina, es la falta de apoyo familiar, que hace que se sientan solas y que no puedan encontrar apoyo para terminar con la violencia que viven, además de preferir “aguantar en silenció” que atreverse a alzar la voz por miedo a ser señaladas tanto por la familia, como por la sociedad.
Lo cierto, que los casos de violencia cuando no se denuncian, muchos terminan en estadísticas de feminicidios, que en el relató de los hechos empiezan con una mala palabra o golpe, por parte del agresor a la víctima, que son perdonados por la promesa de un cambio que nunca llega, hasta que la muerte sí lo hace.
Recuerda que la violencia no es una forma de vida, levanta la voz, no seas parte de las estadísticas.
En el estado de México cuentas con la Línea Sin Violencia 800 108 40 53, así como con brigadas de rescate, seguimiento, apoyo jurídico, psicológico y trabajo social.
¡No estás sola!
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