A la presente generación le tocó vivir una serie de cambios impensables hasta antes del 2020. Al mundo entero tomó por sorpresa la llegada de una pandemia que se anunciaba a finales del 2019; por lo que el 2020 quedará marcado como el año de las grandes diferencias, como resultado de las decisiones que cada gobierno adoptó para proteger a sus ciudadanos.
La forma en la que cada país está enfrentando al Covid-19, será motivo de estudio y análisis en el futuro, para valorar si fue acertada o no, pero sobre todo, será revisado a detalle lo que se pudo haber hecho y no se hizo, y cuál fue la razón por no hacerlo.
Son varios los líderes de diferentes partes del mundo que calcularon mal la manera en la que se debía enfrentar a la pandemia originada por el SARS-CoV-2, aunque algunos aprendieron a la mala y rectificaron, como son los casos de Italia, España e Inglaterra, entre otros; pero están los que aún no lo hacen, como Estados Unidos, Brasil y México.
La desazón que se tuvo que concentrar por el tema de la salud pública, puso como centro de la atención mundial al Director General de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien desesperado pedía a las diferentes naciones aplicar las medidas recomendadas para contener el avance de la pandemia. Ahora, con respecto de los cientos de estudios que se realizan en busca de la vacuna contra el coronavirus, radicaliza su postura al señalar: “no tenemos una bala de plata en este momento y quizás nunca la haya”.
Puede entenderse su posición, pero no es el único problema que inquieta a los habitantes del orbe, en especial a sus gobiernos, sino además, la crisis económica derivada de la invasión del virus que es otro tema de gran preocupación, ya que por el acecho de la enfermedad se ordenó como medida indispensable de contención, el resguardo en los hogares con el mínimo de contacto exterior, provocando con ello una desaceleración económica.
Y es en donde se presentan las grandes diferencias. En distintas partes del mundo se destinaron importantes cantidades de dinero para amortiguar el golpe económico que supone la parálisis económica mundial, y pocos, como México, destinaron una paupérrima parte de su PIB a este propósito, la consecuencia de tal determinación se verá muy pronto.
Son varios los expertos nacionales y extranjeros que marcan como un grave error la resolución adoptada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien sin duda alguna sí pasará a la historia, pero no como él cree, será mencionado muchas veces y recordado por mucho tiempo como el que orilló el quiebre de la economía mexicana.
Y mientras en el mundo surge China como un nuevo líder mundial, como consecuencia de su mejor desempeño tanto en salud como en el tema económico, otros países, como el nuestro, entrarán a un rezago histórico con un alcance aún inimaginable.
La pandemia vino como una prueba de fuego para medir el desempeño de los diferentes líderes, porque es cuando surgen los verdaderos estadistas, quienes con su visión y habilidad aprovechan los grandes retos para mostrar sus fortalezas y alcances.
En cambio, cuando está al frente de la administración una persona limitada, interesada exclusivamente en el futuro inmediato y en alargar su periodo de gobierno, las cosas se condenan a un tiempo determinado, con una visión corta, mezquina y egoísta. Sí, la historia tendrá mucho qué contar.
Se recordarán palabras, frases y decisiones que hundieron al país en el más profundo de los desconsuelos, y quedarán como testigos y letras doradas las que se ofrecieron como muestra inequívoca de la forma de pensar del inquilino de Palacio Nacional; “esta pandemia nos cayó como anillo al dedo, para afianzar, el propósito de la transformación” entre otras.
Pero para la generación que le ha tocado vivir en este tiempo, en especial, para los jóvenes que aún no encuentran el rumbo que le darán a su vida en adelante, no es lo único en lo que deben pensar, porque la pandemia algún día será un triste recuerdo, mientras que la economía tardará mucho más en recuperarse, y eso si se rectifica en el 2021, además deben preocuparse por su educación, porque, por un lado deben tomar en cuenta que se le devolvió a la CNTE su poder, y por el otro; el impedimento para regresar a las aulas y conformarse con un diseño de clases por televisión abierta, aunado a la cancelación de programas de becas para el estudio en el extranjero.
Será la generación que lamentará toda su vida los errores que se han venido cometiendo en tan solo año y medio de gobierno, cuando por las prisas de arrojar a todo el pueblo a un nuevo sistema, se perdieron grandes oportunidades de cambio.
Porque después del 2020 el mundo no podrá volver a ser el mismo, los cambios estratégicos definirán un nuevo futuro, con una nueva era revolucionaria basada en la tecnología y adelantos inimaginables, en el que muchos quedarán rezagados.
México quedará hundido en el descrédito por el incumplimiento de sus acuerdos, sepultando con ello el progreso por muchos años, por lo que vendrán tiempos de oscuridad por no respetar las reglas del juego de la globalización, y quedará sentenciado a permanecer en un sub mundo, que ni siquiera es de invención propia, sino copia de otras naciones que probaron con el modelo socialista latinoamericano.