La violencia en el Estado de México ya no es noticia, es una cruenta realidad que padecen los mexiquenses cotidianamente. Son muchos los casos que no se atienden, los delitos que no se denuncian y de los que se denuncian, pocos los que se resuelven. Se trata de una clase de burocracia que favorece la impunidad, los intereses creados por los operadores del robo hormiga en la vía pública, en los giros negros, y hasta los vínculos con el crimen organizado.
La semana pasada se dio difusión amplia al asalto y asesinato de un trabajador mexiquense que perdió la vida a manos de unos desalmados delincuentes a la vista del resto de los pasajeros. Se podrá dar difusión a más casos como estos que la indiferencia, la impunidad y el temor de quienes imparten la justicia de convertirse en víctimas, los han paralizado.
Sin embargo, hay casos como el de Don Luis Miranda Cardoso, destacado abogado de la entidad, en que se ha actuado con diligencia. Llama la atención.
El escándalo del asalto a los microbuses durará diez días en los medios y muchos menos en las redes sociales, pero la reacción de los habitantes del estado no se ha hecho esperar. La reciente encuesta de México Elige, consigna que sólo 33 por ciento de los mexiquenses aprueba la gestión de Alfredo del Mazo, caballeroso gobernador que ya necesita quitarse los guantes y atender el problema de manera enérgica: caiga quien caiga.
Sus antecesores enfrentaron el mismo problema, es cierto, pero hoy más que nunca, el incremento de la violencia obliga a acciones contundentes que hagan viable el Estado de Derecho en la entidad.
En la feria de los números, lo mismo los asesinatos que los asaltos, los feminicidios que los muertos por Covid, resultan increíbles los datos que se consignan. Los hechos le han quitado la venda de los ojos a los ciudadanos leales a uno u otro gobierno, a uno u otro partido. Su familia y sus bienes están primero.
Favorecer que las colonias, los barrios y los pueblos se unan, se organicen para ser capacitados en temas de prevención y se les vincule con la autoridad policial en una franca mancuerna de atención al problema, pudiera ser una estrategia a seguir, como ya lo hacen colonos y comerciantes en algunas partes de la entidad. Organizados se puede.
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@MargaJimenez4
