“Los objetivos no son un destino, son una dirección. No son órdenes, son compromisos. No determinan el futuro; son medios para movilizar los recursos y la energía capaces de crear el futuro”. Peter Druker
Este martes (8 de septiembre), en cumplimiento de sus funciones, el secretario de Hacienda, Alfonso Herrera, entregó al H. Congreso de la Unión el anteproyecto del Presupuesto de Egresos de la Federación y la Ley de Ingresos para 2021.
En los asuntos generales, de donde se desprenden los demás, que analizaremos más adelante, se encuentra un rango de crecimiento de 3.6% a 5.6%; inflación de 3.0%; una tasa de interés de referencia en 4%; tipo de cambio promedio de 22.1 pesos por dólar, 42.1 dólares por barril de crudo y una producción petrolera de 1 mil 857 millones de barriles diarios, escenarios muy optimistas para la situación presente que, ojalá y me equivoque, puede empeorar porque falta ver el comportamiento del COVID-19 cuando llegue la época de la influenza estacional.
Si a eso le sumamos un decrecimiento de -0.5% en los ingresos tributarios y petroleros y un raquítico, por decir lo mismo, crecimiento de 0.1% en el ejercicio del gasto, en comparación con lo presupuestado para 2020 antes de la pandemia, no sé a dónde vamos a parar.
El presupuesto dice que el gobierno apostará por seguir con la militarización del país, para el combate a la inseguridad, acciones de readaptación social y garantizar la paz, al darle 211 mil millones de pesos para Sedena, Marina y Seguridad, 12% más que en 2020; la Sedena es la joya de la corona con 19.7% más que para 2020, creo que lo abrazos no funcionaron como estrategia.
Un dato interesante es que están presupuestados recursos para las subsecretarías que han sido desaparecidas por la propia administración y para la extinta Policía Federal, ¿Dónde quedará ese dinero?
En las participaciones y aportaciones federales a las entidades federativas hay ganadores y perdedores pues castiga a Baja California Sur, Guanajuato, Nuevo León y Tabasco con hasta -5.1%; mientras que Tamaulipas y Zacatecas con 10% más tendrán las mayores alzas, lo que amenaza nuevamente y más agresivamente esta vez el pacto de Coordinación Fiscal; a excepción de Tabasco las entidades castigadas son gobernadas por la oposición ¿coincidencia o destino?
El Tren Maya, la famosa obra insignia de la administración, se llevará 36,288 millones de pesos, 94% del total destinado a la Secretaría de Turismo, que se usarán, entre otras cosas, para los estudios técnicos, que ya deberían estar hechos, y empezar a comprar locomotoras y vagones de pasajeros.
Pemex y CFE, muy en línea con las estrategias de inversión, se llevan más de 20% del gasto programable, lo cual nos deja ver que seguirán de necios con política energética cara y contaminante.
Así las cosas y los números, por demás optimistas, que podrían ser tachados de imposibles en un presupuesto militarizado, amayado y petrolizado.
Por cierto: Ciencia y tecnología ‘ganan’ más recursos; dentro del Proyecto de Presupuesto de Egresos para 2021 incrementará el gasto en este ramo y el CONACYT tiene pautado recibir 26 mil 573.1 millones de pesos, esto es que el gobierno destina 10.3% más a Ciencia y Tecnología para 2021. Sin embargo, el promedio de la OCDE en estos rubros es de 2.4% del PIB. En México, esta cifra es 0.38%, insuficiente seguramente para los retos que se enfrentan en la actualidad y la pregunta es ¿ahora sí habrá becas de movilidad, o cómo se usará el recurso?
Y para variar: Hacienda espera que el Banco de México siga haciendo su trabajo, perdón, espera ayuda de Banxico para reducir la deuda; la secretaría encargada de las arcas públicas espera transferencias por remanentes cambiarios de entre 150 mil y 250 mil millones de pesos para 2021.
* Economista por la UNAM. Académico, columnista y articulista. Enlace Administrativo de la Coordinación del Programa de Posgrado en Derecho. Miembro de la Red Nacional de Jóvenes Investigadores del SIJ de la UNAM
