Así recomendó el presidente López Obrador con su clásica actitud, al plantón que lo tiene incómodo y que se instaló frente a Palacio Nacional de FREENA. Al momento de presumir una encuesta del Financiero, según la cual, su gobierno tiene un 62% de aprobación; por lo que sugirió a los del Frente “echarle ganas, porque todavía les falta”.
Lo anterior viene a colación por el reto que lanzó el tabasqueño el martes 29 de septiembre: a la primera manifestación de 100 mil personas en mi contra, y que yo vea que en las encuestas ya no tengo apoyo, me voy a Palenque. Pero según sus “otros datos” no se logró juntar la cantidad sugerida, además de que, señaló; aún cuenta con el apoyo del pueblo. Por lo que ironizó; “a este paso, van a estar aquí hasta el 22, nada más que vengan a dormir los dirigentes, porque nada más están ahí las carpas”.
Sin embargo, es el gobierno federal que debería echarle ganas al tema de gobernar, porque nomás no se les da. La administración del soberbio López no tiene mucho qué presumir, o muy poco en el mejor de los casos, pero si se le califica por logros obtenidos, sale perdiendo en todos los campos al compararlo con sus antecesores.
En lo que está de gane el nuevo gobierno lopezobradorista, es en percepción, gracias a que todos los días el mandatario sale a presumir cosas que son inexistentes, o que no son propias. Es capaz de arrogarse acciones ajenas que se acomoda para quedar bien. Por ejemplo; presumió como decisión suya el ajuste al precio de la gasolina, por increíble que parezca, pero de la misma forma lo hace con las remesas, el fin del huachicol, o de la corrupción, entre muchas otras cosas.
El descaro con lo que sale a mentir todas las mañanas, es casi demencial, pero no hay quien se atreva a enfrentarlo con la verdad, sobre todo, porque se encuentra rodeado de personajes que lo adulan en extremo, al grado de colocarlo como auténtico mesías, por eso, se regodea con sarcasmo para denostar a los que llama sus adversarios.
Pero la realidad le tiene otro escenario, la lucha que habrá de librarse entre la percepción, muy bien manejada por el tabasqueño porque a eso se dedica, y la cruda y cruel realidad. Se avecina una crisis económica de pronóstico reservado, más dura, más compleja y más larga que ninguna otra de la que se tenga memoria, por lo que la recomendación más adecuada sería; échele ganitas señor presidente, porque las consecuencias de sus actos se encuentran más cerca de lo que creé.
Mientras el presidente se ocupa de entretener al pueblo, el problema de la pandemia que genera el SARS-CoV-2 aún no cede. México se ha estancado en una terrible meseta, no se puede hablar de rebrotes porque aún no se contiene. Después de siete meses de confinamiento no se aclara del todo el panorama. Pero no se puede esperar que sea de otro modo, el súper subsecretario Hugo López-Gatell, sólo se dedica a contar muertos y contagios, y a desdeñar recomendaciones de legisladores o ex secretarios de Salud, y sonreír con rubor ante la defensa de su jefe.
Además, al presidente la inseguridad le tiene reservada más sorpresas, como una terrible venganza por el recuerdo de haber reído, queriendo o no, de las masacres que han ocurrido en el país. La delincuencia organizada y la común, le hacen ver todos los días que reunirse muy temprano con su Gabinete de Seguridad no hacen diferencia.
Échele ganas señor presidente, porque algún día, cuando el pueblo bueno y sabio no se deje enganchar con sus muchas cortinas de humo que utiliza para distraer su atención, alejándolos de lo verdaderamente importante, empezarán a exigir cuentas por el desastre que ha hecho de México.
Mientras tanto, el partido político que creó con el fin de llegar a la presidencia de la República, enfrenta una complicada lucha interna, se están dando hasta con la cubeta, ¿cuál es el motivo? La ambición por el poder; ¿qué más?.
No hay más, sólo basta darle una revisadita a las duras y encarnizadas batallas que han protagonizado por la presidencia ç de ese instituto político, entre Mario Delgado y Porfirio Muñoz Ledo.
Tarde o temprano el oriundo de Tabasco tendrá que meter las manos para poner orden en Morena.
Aunque, de la misma forma como sucede con la dirigencia nacional, las peleas se presentan en los Estados, Municipios y Distritos por la conquista de las candidaturas de cargos de elección que estarán en disputa el próximo año, pues piensan que con la marca Morena y el cobijo del Presidente, las elecciones serán como un paseo. Las encuestas les favorecen.
Eso refleja que presumen en Morena que los ciudadanos, que son los que al final califican, y que pueden castigar o premiar a los malos o buenos gobiernos, son tontos, que no se dan cuenta de sus deficiencias y errores, o que les darán el voto irreflexivo como en 2018, ya se verá, mientras eso sucede, apuestan que con el color marrón la tienen segura.
En el Estado de México, la escasa y tímida actividad del gobernador en el tema político nacional ha permitido el avance morenista, pero si los ciudadanos se permiten evaluar a los Presidentes Municipales y Diputados de ese partido, difícilmente muchos de ellos repetirán.
De acuerdo a Consulta Mitofsky, son varios los morenistas con baja aprobación. Aparecen en la lista; Agustín Javier Bonilla Rodríguez, Darwin Eslava, Patricia Durán Reveles y Ruth Olvera Nieto, de Jilotepec, Coacalco, Naucalpan y Atizapan de Zaragoza, respectivamente.
Los alcaldes con mayor desaprobación ciudadana y que aspiran a reelegirse son; Sandra Luz Falcón Venegas, Ricardo Núñez Ayala, Gabriela Gamboa Sánchez y Elena García Martínez, de Texcoco, Izcalli, Metepec y Tultitlán, respectivamente.
No, no lo han hecho bien, en el caso de Gabriela Gamboa, el resultado de la encuesta se lo debe dejar más que claro; una panista convertida en morenista a conveniencia ha dejado mucho que desear, aunque sus incondicionales le han hecho creer otra cosa. Por otro lado, Enrique Vargas, de Huixquilucan; Juan Rodolfo Sánchez, de Toluca; Juan Hugo de la Rosa, de Nezahualcóyotl, y Mariela Gutiérrez de Tecámac, van por muy buen camino.
Así que: échenle ganas, porque las cosas pueden ser muy diferentes en el 2021, a menos claro, que se roben las elecciones.