Misión (Imposible) del Fondo Monetario Internacional en México

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Misión (Imposible) del Fondo Monetario Internacional en México

Domingo, 25 Octubre 2020 00:10 Escrito por 
 Javier Ortiz de Montellano Javier Ortiz de Montellano Articulista invitado

Previo al informe que en noviembre de cada año publica el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre la evolución económica de sus países miembros, en el caso de México se realizó recientemente una visita oficial o ¨Misión¨ del personal del Fondo.

Al final de la Misión, el 6 de octubre del presente, se dio a conocer una declaración que describe las conclusiones preliminares del personal técnico del FMI y una serie de recomendaciones en torno a las finanzas públicas de nuestro país.

Cabe aclarar que las opiniones expresadas en esa declaración son las del personal técnico del FMI y no representan necesariamente la posición final del Directorio Ejecutivo del FMI. Sin embargo, el reporte se presentará al Directorio Ejecutivo del FMI para su posterior discusión.

En cuanto al diagnóstico del estado y la evolución a corto plazo de la economía hay coincidencia entre la visión del FMI y las autoridades mexicanas. El punto discrepante está en la política económica a seguir. La misión del FMI señaló la importancia de una reforma fiscal de corto y mediano plazo y un mayor gasto público para impulsar la inversión y el crecimiento en México.

Algunos economistas mexicanos opinan que estas recomendaciones, en las circunstancias actuales de nuestro país, son una ¨Misión Imposible¨. El Paquete Económico 2021 no plantea una Reforma Fiscal. Según estos especialistas, el aumento de impuestos representaría un factor indudablemente todavía más depresivo de la actividad económica. En cambio, los empresarios señalan que las autoridades ya han apretado bastante al sector privado y han puesto el foco en la reducción de la evasión fiscal, sobre todo, de las grandes empresas, hasta cobrándoles impuestos atrasados.

Más aun, mientras que el FMI propone una política económica más expansiva en el gasto público, la actual Administración se empeña en la austeridad, con solamente ayudas monetarias a algunos sectores de los más desprotegidos de la población, concretamente, adultos mayores, becas para jóvenes, etc.

Además, la magra política de inversión pública actual se focaliza en el sector de hidrocarburos y algunos grandes proyectos de infraestructura, y algo del sector de la construcción, concentrados en pocos estados. Con la gran crisis que ha provocado la pandemia gran parte de la inversión privada comprensiblemente está en retroceso. Ciertamente se le ha apoyado a través del Banco de México mediante líneas de créditos otorgadas a la banca comercial para a su vez prestarles a sus clientes. Pero con la enorme caída en la demanda esas líneas han servido principalmente para reestructurar sus deudas y diferir sus pagos, a condición de que conserven una buena parte de su personal ocupado. Este programa de créditos se hizo de abril a septiembre y acaba de extenderse hasta febrero de 2021, pero no en forma general sino a discreción de que cada banco use o no las líneas de crédito con cada cliente en particular.

En lo que toca a la política monetaria, el FMI considera que hay margen para un recorte adicional de la tasa de interés (que ha bajado tres puntos porcentuales en este año, de 7.5% a 4.5%). En esto, están de acuerdo los empresarios y clientes de la banca y aun el Presidente López Obrador, como lo expresó recientemente en una de sus conferencias de prensa, sugiriendo bajar las tasas de interés para hacer el crédito más accesible.

Sin embargo, el Banco Central está más preocupado por contener la inflación, que es su objetivo y oficialmente su deber, y no tanto por los resultados en la economía en general. Reducir más las tasas de interés puede poner en peligro no sólo el objetivo de inflación (actualmente está por encima del 4%), sino también en riesgo la paridad del tipo de cambio peso-dólar que, pese a todo, se ha mantenido relativamente estable.

En un esquema de tipo de cambio flotante como el que adoptó nuestro país y una economía abierta muy dependiente de importaciones, si no se controla la inflación se puede desalentar la entrada de las inversiones financieras extranjeras que son atraídas por las relativamente altas tasas de interés mexicanas y coadyuvan a cubrir el déficit público y los desequilibrios comerciales, y sostiene el nivel de reservas monetarias que respaldan al tipo de cambio.

Desde la pasada Gran Recesión del 2008-2009 este asunto de la política monetaria y fiscal ha estado a revisión y discusión entre académicos, empresarios y funcionarios. Con la singular crisis actual caracterizada por la Gran Reclusión que frena la economía, la política económica a seguir se ha vuelto una cuestión doblemente sensible, ya que además de este factor económico incluye el reto epidemiológico que lo condiciona: cuándo y cómo reanudar las diversas actividades productivas.

Delicado dilema o ¨Misión Imposible¨ que toca a cada país resolver, pero que en nuestro caso se complica aún más por la vigilancia del FMI y las calificadoras de crédito. La trama se complica aún más por la dependencia económica, comercial y financiera que tenemos respecto de nuestro vecino, Estados Unidos.

Un gran factor de incertidumbre no sólo económico, sino geopolítico en vista de las próximas elecciones para el Congreso de Estados Unidos y para su futuro Presidente. (Octubre-2020).

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Javier Ortiz de Montellano

Articulista invitado