Terminó el calendario regular en el futbol profesional de la Liga de Ascenso y, ante los malos resultados, en los Potros de la Universidad Autónoma del Estado de México el hilo se rompió por lo más delgado: el estratega Omar Ramírez debió de pagar los platos rotos de una temporada que fue echada a perder desde la cancha pero que cobró factura en la dirección técnica.
De repente, la memoria se extravió en los altos mandos de la UAEM, quienes dejaron toda la responsabilidad de los malos resultados a un técnico que antes de este semestre llevó al equipo a niveles que ni los más optimistas hubieran pronosticado.
Por si ya no se acuerdan, fue Omar Ramírez quien dio el paso de calidad en el futbol de la UAEM, primero como estratega del equipo universitario donde fue bicampeón en Universiada Nacional.
Después, ya con el equipo profesional, logró lo que por más de 15 años no se pudo: llevar al equipo a una final y ganarla. Lo hizo no una sino dos veces, y la cereza en el pastel fue ganar el pase a la siguiente categoría del futbol mexicano, nada menos que la antesala de la Primera División.
En la Liga de Ascenso, Omar Ramirez acumuló más argumentos para quedarse en la historia de los Potros. Con una de las nóminas más bajas de todo el circuito logró dos pases a la liguilla, alejó al equipo de la zona de descenso y le dio una personalidad que se ganó reconocimiento de los rivales.
En el reciente torneo se suponía que el equipo tendría mejores resultados. Contrataron jugadores de experiencia en la división, otros más con pasado en Primera y dejaron una base importante de aquellos Potros exitosos en Segunda y en sus primeros dos torneos en el Ascenso.
El resultado no fue el mejor. Una campaña con pobre acumulado que hoy en día deja fuera de la institución a un técnico muy capaz. Pero ¿y los jugadores? Esa plantilla tiene la misma o más responsabilidad de la pésima temporada.
No fue Omar, sino los futbolistas quienes perdieron partidos en los últimos minutos, fueron ellos quienes no quisieron trascender en la Copa MX cuando tuvieron a modo a equipos como Atlas y America, contra quienes perdieron juegos por descuidos en la cancha, no en lo estratégico.
Fueron esos mismo jugadores quienes despilfarraron el prestigio de Potros y le "tendieron la camita" a su técnico; ellos, los que no metieron ni las manos en la goleada de 5-0 en Tapachula.
Al final, los jugadores se quedan en la plantilla, aunque seguro el futbol se los cobrará muy pronto, mientras que a Omar le sobrarán ofertas para dirigir y cumplir en otro equipo su anhelo de llegar a Primera División.