¿Qué es la Patafísica?: versiones, diversiones y perversiones

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¿Qué es la Patafísica?: versiones, diversiones y perversiones

Domingo, 20 Diciembre 2020 00:10 Escrito por 
¿Qué es la Patafísica?: versiones, diversiones y perversiones ¿Qué es la Patafísica?: versiones, diversiones y perversiones

La ¨Patafísica¨ fue, probablemente, uno de los fenómenos culturales más relevantes del siglo XX, y pese a ello sigue siendo hoy una gran desconocida.

De ella derivaron el Surrealismo, el Dadaísmo, el Teatro del Absurdo, hasta llegar a personajes, en la pintura, como Marcel Duchamp, Salvador Dalí y Andy Warhol y, en las letras, a Witold Gombrowicz con su obra Yvonne, Princesa de Borgoña, que inaugura el teatro del absurdo adelantándose a Beckett y Ionesco, y en las letras, Julio Cortázar con sus Historias de Cronopios y Famas y su maravillosa anti-novela Rayuela (Ya en el capítulo 1º dice el narrador: Con la Maga hablábamos de patafísica hasta cansarnos, porque a ella también le ocurría (y nuestro encuentro era eso, y tantas cosas oscuras como el fósforo) caer de continuo en las excepciones, verse metida en casillas que no eran las de la gente...).

Como puede observarse, la Patafísica se basa en el principio de la unidad de los opuestos, y se vuelve un medio de descripción de un universo complementario, constituido por excepciones. En ese universo todo es anormalidad, donde la regla es la excepción de la excepción. La regla es lo extraordinario, y eso explica y justifica la existencia de la anormalidad. Por ende, en México todo es patafísico pues ¨Como México, No Hay Dos¨. ¿No le parece que con la pandemia actual en México estamos viviendo sólo una fase más del mundo de la Patafísica?

En la Patafísica todo suceso del universo es una excepción, y las leyes de la física no serían más que las excepciones que se repiten con mayor frecuencia.

La Patafísica es una disciplina paródica, enfocada como dijimos al estudio de las soluciones imaginarias y de las leyes que regulan las excepciones.

En el mundo, el irreverente escritor francés Alfred Jarry fue el precursor de la Patafísica con su obra, Gestas y opiniones del Doctor Faustroll, patafísico, subtitulada como Novela neo-científica, es una novela póstuma escrita en 1898, publicada en 1911, cuatro años después de la muerte del autor. Significa un cuestionamiento de las barbaridades a que dió a luz el olvido y la traición a los principios de la Ilustración, movimiento cultural e intelectual, primordialmente europeo, que nació a mediados del siglo 18 y duró hasta los primeros años del siglo 19 y se desvaneció con las guerras mundiales del siglo 20.

La Ilustración Inspiró cambios culturales y sociales, y uno de los más dramáticos fue la Revolución Francesa aunque pronto dejó en el olvido aquella máxima de Libertad, Igualdad y Fraternidad (por eso, cuando en 1989 se conmemoraron con bombo y platillo los 200 años de la Revolución Francesa, un líder chino contestó cuando le preguntaron qué opinaba de ese acontecimiento: Es demasiado pronto para hacer una evaluación¨).

Gestas y opiniones del doctor Faustroll, Patafísico

El nombre de su protagonista, Faustroll, deriva abiertamente del enlace entre el moderno héroe goethiano (Fausto) y las pequeñas criaturas demoníacas de la tradición nórdica (que mediante el cine, El Señor de los Anillos revivió y puso de moda); la patafísica, término que ya había aparecido sin aclaraciones explícitas en otras obras de Jarry, es definida como "la ciencia de las soluciones imaginarias". Es la ciencia, precisa Faustroll, "de lo que se añade a la metafísica", del mismo modo que la metafísica lo es de lo que está por encima de la física. La culminación de este hacer ciencia por absurdo se alcanza cuando el contradictorio irrespetuoso católico Jarry dedica un capítulo del libro a la medición de la superficie de Dios, acompañada de fórmulas matemáticas y conclusiones del tipo "Dios es el punto de tangencia entre cero e infinito". Creo porque es absurdo...

Substancialmente, la actitud del autor no deja de mezclar lo sacro con lo profano, de difuminar el límite entre lo serio, lo irónico y lo satírico; la profanación se encuentra en la base de su humor, como la ironía es a menudo autoironía. Su precedente en la tradición literaria es Rabelais, pero toda la cultura alquímica, hermética y esotérica confluye en el peculiar decadentismo de Jarry y acaba instituyendo un nuevo clima "grotesco", que en su obra aparece de hecho mucho más rico y original en la más celebrada de su producción, Ubú Rey.

Las sugestiones proporcionadas por esta "ciencia de las soluciones imaginarias" que es la patafísica constituyen un capítulo aparte, y conciernen tanto a las costumbres como a la literatura. La pregunta es: ¿puede existir algo más actual que el Colegio de 'Patafísica cuando no conocemos nada más patafísico que la actualidad? El Colegio de Patafísica fundado en 1948 sugiere que "leer los diarios es un deber patafísico", que ejemplifica lo grotesco del mundo. Habría que agregarle hoy: Verlos en pantalla hoy es un deber y un placer...

En las ¨Gestas y opiniones del doctor Faustroll¨, Jarry sentó las bases para una nueva corriente que con los años fue ganando adeptos, hasta constituirse como movimiento artístico y literario con la creación del Colegio de Patafísica. En 1948, como burla de los colegios profesionales o las academias del arte y las ciencias, se fundó el Colegio de Patafísica, una organización dedicada a difundir la patafísica, que otorgaba títulos rimbombantes a sus miembros. A lo largo de los años, numerosos artistas fueron cooptados como «Sátrapas» y/o participantes del colegio de patafísica, entre ellos Raymond Queneau, Boris Vian, Eugène Ionesco, Jean Genet, Jacques Prévert, Joan Miró, Juan Esteban Fassio y Fernando Arrabal.

Estuvieron implicados también personajes como Marcel Duchamp y más recientemente Umberto Eco y Jean Baudrillard. Este último, conocido por sus conceptos de “hiperrealidad” y “simulacro”, es de los pocos patafísicos cuya pertenencia al Colegio ostentaba en vida: no sólo hace uso de la palabra en muchos de sus escritos (La ilusión del fin o Cultura y simulacro, donde se refiere a la ‘Patafísica como “ciencia de la simulación y de la hipersimulación”), sino que participó activamente en sus actividades acudiendo a las reuniones del ¨Cuerpo de Sátrapas¨.

Otros filósofos han reconocido su afinidad con la Patafísica: Deleuze dijo que se trataba de una “antesala a la fenomenología”, haciendo de Jarry un precursor desconocido del filósofo Heidegger (¿y no era la conocida Fenomenología del Relajo -de nuestro Patafísico Jorge Portilla-, la ¨cocina mexicana¨ de la Fenomenología del Espíritu¨, del filósofo Hegel? ).

Deleuze llegó a afirmar que la Patafísica era la única denominación adecuada para referirse a la tentativa de superar la metafísica (que estudia lo que está más allá de la física), que a su vez supera la física (que estudia lo que es).

Hijo literario de Jarry es también Ubú, su personaje de teatro más conocido.

El personaje de Ubú es una representación de lo grotesco y humanamente innoble del poder político y el gobierno. Este personaje genera la creación de tres obras más: Ubú Rey, Ubú cornudo y Ubú encadenado.

Ubú Rey cuenta de manera fársica la historia de Papá Ubú (consejero confidencial real), quien es instigado por su esposa para derrocar al Rey Wenceslao y su familia e instalarse en el trono. Papá Ubú accede y confabula junto con el Capitán Bordura, a quien promete nombrar Duque de Lituania una vez obteniendo el cetro, a cambio de que el asesinato sea consumado por éste último y así Papá Ubú pueda lograr sus sucios planes. Ubú enloquece de poder, cometiendo actos terribles como la ejecución de jueces, financieros y magistrados por no seguir sus órdenes locuaces, pueriles y avariciosas. Ubú es el Estado caricaturesco y gaseoso. ¿Le recuerda la vida de algunos políticos?Es más, la misma noción de política es subsidiaria de la de 'Patafísica. ¿O acaso los políticos no proponen sólo soluciones imaginarias que no se cumplen en realidad?

La Patafísica es la (pseudo) filosofía del estado gaseoso. Más que en una sociedad líquida –como describiera Zygmunt Bauman–, vivimos ahora en una sociedad gaseosa, que en su libro de ese nombre bien describió Alberto Royo en 2017. Aquello que más sustancia debería tener –la educación, las relaciones, la cultura, el conocimiento– se vuelve gaseoso, efímero, superficial, televisivo.

El nuevo mundo patafísico sólo puede ser definido en un nuevo lenguaje.

Simplemente porque el mundo que conocemos es patafísico por definición. O mejor: solo puede ser definido en sus propios términos, mediante patáforas, lo que va más allá de las metáforas. En la grotesca actualidad no hay comparaciones posibles. Sólo hay fachada, simulacros, y nada más. Todas las cosas son caprichosas, imaginarias. Ahora, para la Patafísica, todos los fenómenos son completamente gaseosos, efímeros. Incluso el reconocimiento de este estado, porque nada es serio...y la conciencia de esta conciencia, etc.

La patáfora es una figura retórica conseguida al otorgar una nueva extensión a la metáfora. Así como la metáfora va más allá del significado literal, la patáfora añade una nueva dimensión a la metáfora misma.

Por lo tanto, la Patafísica es absurda y a la vez nada hay más patafísico que la actualidad. Pero en esto consiste precisamente su seriedad. Finalmente, exaltar la Patafísica es ser patafísico sin saberlo, que es lo que somos todos. Porque el humor quiere humor en lo que respecta al humor, etc.

La Patafísica es la única solución imaginaria a la ausencia de respuesta a los problemas reales o imaginarios.

O, como decía el irónico sátrapa Duchamp: No hay solución, porque no hay problema.

Diciembre 2020

 

 

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Javier Ortiz de Montellano

Articulista invitado