Triste espectáculo por parte de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México Claudia Sheinbaum al intentar explicar la actuación de los cuerpos de seguridad que participaron durante las manifestaciones que tuvieron lugar el 8 de marzo con motivo del Día Internacional de la Mujer.
Evidentemente molesta durante su conferencia de prensa, Sheinbaum negaba una y otra vez el uso de gases lacrimógenos o cualquier aditamento diferente a los que se habían anunciado. Evitando a toda costa aceptar algún error por parte de su gobierno; ¿o qué querían? ¿Qué se quemaran? Preguntó, refiriéndose a las agresiones que sufrió el grupo femenino de la policía capitalina.
Sin embargo, con el ojo testigo de los medios de comunicación que aún se atreven a mostrar la realidad diferente a la alterna de la 4t, dieron cuenta con imágenes y testimonios del uso de gases y tácticas que bien pueden calificarse como excesivas, como el encapsulamiento.
Lo que deja ver el gobierno de la Ciudad de México es que su actuación cumplió con las instrucciones del titular del ejecutivo federal; resguardar a toda costa el inmueble del Palacio Nacional. Así fue; no se le tocó ni con el pétalo de una rosa, “era lo más importante”.
Lo que no puede negar Sheinbaum, es lo que aparece en las imágenes que estuvieron circulando particularmente en las redes sociales respecto del trato que se le dio a las mujeres, y el riesgo que corrieron las que se encontraban en las fuerzas de seguridad. Pero tampoco explicó con certeza la presencia de quienes al parecer eran mandos masculinos dirigiendo a través de la comunicación con radios el operativo.
Por lo que al observar el proceder por parte de las autoridades capitalinas, de las declaraciones de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México y del propio presidente, puede presumirse que son las mujeres con sus legitimas exigencias las que descomponen al presidente Andrés López Obrador; le resulta un tema muy incómodo.
Es evidente que al mandatario se le complica abordar debidamente el problema que le representan las mujeres. No logra comprender que no es con el hecho de que haya mujeres en su gabinete como puede lograr que se le acepte que las toma en serio. Porque además, las que ocupan un cargo en el gobierno no tienen autoridad para decidir, pero tampoco los hombres, así que da lo mismo si son hombres o mujeres, al final sólo obedecen.
El presidente, al creer que las mujeres deben aceptar apenas lo que les quiera dar comete un grave error que aún no ha dimensionado, no se conformarán, ni se quedarán tranquilas, y menos por el insultante apoyo decidido que le brinda a la candidatura de Felix Salgado Macedonio al gobierno del Estado de Guerrero.
Es complicado para ellas, porque al presidente no le interesa saber qué es lo que quieren. Ni siquiera existe el intento de un acercamiento con las representantes para entender y atender su reclamo; todo lo contrario: las descalifica de facto por considerar que las mueven intereses ajenos que las manipulan, como si no tuvieran de antemano motivos suficientes y propios en razón de la cantidad de víctimas por la violencia de la que son objeto a diario.
La ausencia de estrategias por parte del gobierno es notorio, nunca antes como ahora el aumento de delitos vinculados con la violencia en su contra había sido tan preocupante, y no parece que pudiera ser diferente por el momento, la prioridad para el gobierno se encuentra en otro lado.
Por eso, la confirmación de Morena por la candidatura para el gobierno del Estado de Guerrero representa más una afrenta. Se ha dejado de lado la relevancia y gravedad de las acusaciones que pesan en contra de Salgado Macedonio, con independencia de que la vida jurídica de las acusaciones están vigentes, pues se advierte que no existe integración, ni ánimo por parte de la autoridad para llegar a sus últimas consecuencias legales.
El escenario que se presenta con la imagen grotesca de Felix Salgado en plena campaña plantea la visión del Estado ante la inconformidad de las féminas. Está y siempre estuvo decidido, será él y sólo él, el candidato a pesar de presumir en el instituto político haber hecho nueva consulta.
Ahora consideran en la 4t que ya pasó el problema que significaban las manifestaciones que se darían con motivo del 8 de marzo por el Día Internacional de la Mujer, y como ya es costumbre, intentan dejarlo en el olvido levantando nuevas cortinas de humo.
Pero el agravio aún existe; las agresiones, las desapariciones y las violaciones seguirán en aumento porque no aparece ningún compromiso para implementar acciones de gobierno que puedan enfrentar el problema que se ha agudizado en los últimos años. La decepción por la indiferencia gubernamental también irá en aumento.
No es, y nunca ha sido suficiente hablar y prometer que todo será diferente. Nada puede cambiar si se insiste con hacer lo mismo. Como ahora que se ha hecho poco o nada, ¿cómo podría cambiar entonces la vida de las mujeres para sentirse más seguras? En especial si se les califica de provocadoras, porque con ello se intenta deslegitimar su movimiento.
Pero sobre todo porque la impunidad corona el pensamiento del gobierno, y que ahora mismo la representa Félix Salgado Macedonio. Ante ello sólo quedará un camino; la dura lección que le puedan dar como mensaje los ciudadanos guerrerenses y en particular, las guerrerenses, al gobierno y su partido.