"El que quiera azul celeste, que le cueste"
Porque si no se está dispuesto a entregarlo todo, resulta ingenuo -e ignorante- pedirlo todo.
"Para cosechar hay que sembrar"
Y es que así es...
El despertar de consciencia y con él, la visión personal de felicidad, plenitud y abundancia exige entrega, foco y compromiso.
El despertar, no sucede en automático, por ósmosis, por hacer afirmaciones o por ser "buena persona".
EL DESPERTAR REQUIERE...
. Trascender incluso la imagen que tenemos de nosotros mismos. Nuestra identidad, carácter y personalidad. Ir más allá de nuestras excusas y límites auto impuestos.
. Intención, dedicación, compromiso, estudio, pasión y acción. Vivir en la práctica las teorías y dejar los "Si, pero..."
. Soltar, y mucho: identidades, gente, lugares, miedos, juicios, expectativas e ideas. Sí, soltar muchas ideas y creencias.
. Sentirse incómodo y extraño, paseándose por el catálogo completo de sentimientos, sensaciones y emociones.
EXIGE...
. Desarrollar una confianza que será confundida frecuentemente con arrogancia.
. Inmunidad ante las opiniones externas. Tanto así que se llega a reconocer que nada "afuera" existe... más que "adentro".
. Ver más allá de lo evidente. Retar antiguas verdades y poner en duda la propia salud mental.
OBLIGA A ...
. Atreverse a quebrarse y reunificarse, una y otra vez.
. Vivir lo que preferiría ignorarse, nombrar lo innombrable, sentir miedo y atravesarlo sin satanizarlo ni sentirse víctima ni héroe.
. Reconocerse infinito e invencible. Recobrar la memoria y adueñarse de las Verdades del Alma para canalizarlas y cristalizarlas.
. Hacer visible lo invisible y creer en lo increíble.
El inicio del despertar de consciencia puede suceder en un instante aunque no es lo usual. Y como no termina porque es infinito, aún al despertar, siempre queda seguir despertando.
El juego -cualquiera- se juega jugándolo. Y en ésta dimensión el juego humano toma tiempo y espacio. Toma acción y emoción. Toma alinearse y realinearse.
Y si bien, toda herramienta es válida, quien crea que el despertar se logra en automático y "porque sí", o porque se es "buena persona y trabaja duro", o yendo al psicólogo, a misa y teniendo fe o compartiendo en redes sociales fotos de citas citables de gurúes, leyendo algún libro, haciendo afirmaciones, agradeciendo al despertar, o pareciendo filosófico y tal... y crea que con eso es suficiente, QUE SE BAJE DE ESA NUBE.
Si no se está dispuesto a entregar todo, resulta ingenuo e ignorante pedirlo todo.
El despertar de consciencia es un alucinante viaje sin retorno que hay que caminar con los pies del cuerpo y las alas del espíritu.
¿LA RECOMPENSA?
Lo fascinante es que no hay que esperar a "llegar a la meta" para vivir una recompensa, porque se vive a cada paso.
Es realmente difícil describir:
...el nivel de plenitud independiente de las circunstancias
...la felicidad radical que no requiere de condiciones
...la paz que nada ni nadie puede quitar porque no se "tiene", sino se "es".
...la diversión que se siente, incluso ante los retos.
...la liviandad ante lo que otros ven como dramas
...la nueva mirada ante conceptos como muerte, enfermedad, dolor, futuro, cambio, éxito e incertidumbre.
... una nueva y mágica mirada sobre las dimensiones en las que lo pequeño y los detalles pueden ser tan gigantes, que lo envuelven todo...
la nueva consciencia del mundo dentro de uno, en lugar de uno dentro del mundo.
¿Se vive todo eso todo el tiempo?
Algunos días sí. Otros no. Unos más. Otros menos. Hay valles, hay picos, hay olas... y todas son distintas, necesarias y valiosas.
Gracias! Gracias! Gracias!