Querido Simplicio:
Un cordial saludo de confinada a confinado. Además de las muchas dificultades que trajo la pandemia, quiero plantearte mi caso concreto de un problema que tengo en cuanto a la educación de mis hijos mayores, en edad escolar, uno en primaria y otra ya en secundaria.
Como verás, el problema no se aplica a los otros dos infantes que, como la propia palabra lo dice, todavía no hablan, así es que no pueden decir maldiciones, o malas palabras, como su hermano y hermana (espero que para cuando pueda volver a dejarlos al cuidado de alguna guardería privada, porque ya casi no hay del gobierno, no tengan tiempo de aprender malas palabras en casa).
Resulta que, tras el largo periodo de confinamiento y educación a distancia, aunque han estado encerrados, no hemos podido resguardarlos del cada vez más deteriorado ambiente político y social, de la llamada polarización y el lenguaje de odio que la rodea.
Y en parte es culpa nuestra porque hijas e hijos nos escuchan quejarnos todo el tiempo y soltar una que otra maldición (bueno, cada rato, pero mi marido lo hace más seguido) al estar con nosotros todo el tiempo (madre y padre, los abuelos no han querido suplir a la guardería por sus 40 pesos diarios, ni -aunque quisieran-, a la escuela, pues jamás han entendido eso de la Reforma Educativa. Enojados, hasta se olvidan de su supuesta buena educación y sueltan malas palabras contra la madre SEP y Papá Gobierno, en presencia de los nietos, cuando los visitan).
En suma, tengo temor de que cuando las cosas regresen a la ¨normalidad¨, mi hija mayor y su hermano tengan problemas para relacionarse con sus compañeras y compañeros y se refieran a ellos o a sus profesores y directivos, como lo hacen ahora con los políticos y miembros de otras mafias actuales, como ¨una bola de cabrones y cabronas¨ y cosas por el estilo.
Dada tu gran experiencia en lidiar con el Mal y enfrentar en tus diálogos al mismísimo Diablo, quiero preguntarte si debo preocuparme por esto o si la conducta de mis vástagos puede considerarse normal, aunque sus insultos no sean como los tuyos dirigidos específicamente al Diablo mismo, sino en general a lo que ellos consideran ¨verdaderos engendros del Mal¨ que es casi toda la cabrona Humanidad.
En espera de tu sabia respuesta, quedo de ti como tu muy atenta lectora y segura servidora.
Atentamente
Madre preocupada por el futuro de la Patria