La Llegada es, sin duda, una película sobre extraterrestres (Arrival, 2016, puede verse en Prime Video). Pero bajo ese barniz de ciencia ficción hay el importante tema de la comunicación y las dificultades para comprender al otro (o, en este caso, algo desconocido) que se ve y habla de manera diferente a nosotros.
Si en estos días de pandemia salir del confinamiento resulta un riesgo para los terrícolas ante la invasión invisible del coronavirus, imagínese usted lo que sucedería si 12 naves alienígenas llegaran de repente a la Tierra en este momento, cuando el Covid-19 ha agudizado las divisiones entre las diferentes naciones del orbe, por la rebatiña de las vacunas.
Afortunadamente, los extraterrestres de esta película vienen en son de paz. A diferencia de las ficciones anteriores sobre belicosos extraterrestres que vienen a conquistar o de plano a destruir a la humanidad.
Aunque su apariencia resulta aterradora (de calamar gigante de siete extremidades, heptápodos), estos alienígenas quieren ayudar a la humanidad. Pero antes deben poder comunicarse y para ello deben aprender el lenguaje de los humanos y enseñar a los humanos su lenguaje basado en logogramas.
La Llegada puede interpretarse en diversos niveles, pero el más interesante es el que trata del lenguaje y de trascender barreras y sumergirse en una nueva cultura para comprender una raza extranjera. Si fuéramos visitados por extraterrestres, ¿cómo nos comunicaríamos con ellos? ¿Cómo descubriríamos su propósito?
La película nos enseña que con ayuda de la lingüística los humanos pudieran comunicarse con los extraterrestres. Y, tal vez, sería posible lograr así una mayor cooperación entre humanos.
Hay abundantes alusiones a teóricos de la comunicación, lingüistas y similares.
Se menciona como el núcleo de la cinta la controversial hipótesis lingüística de Sapir-Whorf, que establece que el lenguaje no sólo les da a las personas una forma de expresar sus pensamientos, sino que influye o incluso los determina. La narrativa toma esta idea y, según algunos críticos, estira un poco o un mucho la hipótesis. Pero de ese esfuerzo de imaginación trata siempre la ciencia-ficción.
En realidad, se ha observado que, si aprendes un nuevo idioma, tu cerebro se reconfigura, nos dicen los lingüistas. Claro, esto sucede especialmente en hablantes que desde niños son bilingües y que obtienen un doble cableado lingüístico-mental que incrementa su potencial de conexiones cerebrales y su comprensión de la complejidad.
Es lo que le sucede a la protagonista, la lingüista que con sus conocimientos tiende un puente de comunicación con los extraterrestres al esforzarse por entender su idioma y a la vez enseñarles el lenguaje humano actual.
La lingüista descubre que estos extraterrestres se comunican ideográficamente. Dibujan con una especie de tinta algo así como una conversación circular completa, por lo que aprender a traducir ¨heptápodo¨ supone entender los signos de golpe. Es como si fueran emoticones...pero mucho más complejos, con un código diferente que hay que descubrir para poder comunicarse.
En suma, la película Arrival nos invita a la reflexión sobre cómo es que el lenguaje llega a nuestras vidas y a reconocer, sin embargo, lo poco que sabemos acerca de cómo funciona, incluso hoy entre nosotros. No se trata solamente de cómo piensan los extraterrestres, sino de cómo a nosotros los humanos, dotados del don de la palabra, nos queda mucho por aprender en cuanto al mejor uso del lenguaje para vivir y sobrevivir, si esta civilización no se aniquila sola antes de que lleguen los alienígenas.