Este año las lluvias han sido pródigas con el Estado de México, no sólo abundantes. En algunos casos han llegado a límites extremos como la zona de Tlalnepantla-Ecatepec, lugares que han sufrido el exceso del agua con serias inundaciones.
De los 16 principales embalses que se ubican en territorio mexiquense, algunos están a más de 100 por ciento de su capacidad de almacenamiento, con los riesgos que también eso representa.
Tenemos el caso de la Presa José Antonio Alzate, en Temoaya, que está a 100.59 por ciento; la Ignacio Ramírez, en Almoloya de Juárez. que está a 99.67 por ciento; la Tepetitlán, en San Felipe del Progreso, con 108.18 por ciento.
También la Danxho, en Jilotepec, a 105 por ciento de su capacidad. La Ñado, en Aculco, a 101.73 por ciento; la Taxhimay, en Villa del Carbón, a 101.56 por ciento. La Presa Madin, en Atizapán de Zaragoza, a 122.38%. La Concepción, en Tepotzotlán, a 101.84 por ciento.
Hay otros embalses que no han tenido la misma cantidad de agua y su capacidad de almacenamiento está muy por debajo, como la de Huapango, en Timilpan, que está a 28 por ciento, o la de Zumpango, que está en 74 por ciento.
Sin embargo, frente a ese panorama, las presas que surten al Sistema Cutzamala están muy por debajo de sus niveles ideales. La presa del bosque, en Zitácuaro, Michoacán, está en 83.10 por ciento y es la que más líquido tiene, porque Valle de Bravo y Villa Victoria están muy abajo, apenas con 46.22 y 46.28 por ciento, respectivamente. Esto supone una temporada de estiaje severa para el próximo año.
El desabasto en Valle de Bravo y Villa Victoria podría, sin embargo, tener otra explicación más sencilla, que la falta de lluvias. En los últimos días, el Observatorio Ciudadano de la SubCuenca de Valle de Bravo ha denunciado la existencia de más de 200 lagos privados en la zona de Amanalco-Valle de Bravo, de tal manera que los ríos han sido desviados y su caudal ya no llega a la presa.
Algunas construcciones de magnates se ubican, además, en áreas naturales protegidas de competencia federal. Sin embargo, los predios son ocupados por particulares que no se contentan ya sólo con tener sus casas, ranchos o mansiones de fin de campo en la zona, sino que ahora quieren su propio lago.
En la columna Anótelo de DigitalMex ya se había advertido de la presencia de esos lagos particulares y que eran la causa principal del bajo nivel de la presa de Valle de Bravo. Luego se hace más escándalo cuando se fracturó la represa del lago del Rancho los Manantiales, y las aguas al desbordarse inundaron la comunidad de Los Álamos, en Acatitlán.
El agua derribó árboles y arrastró todo lo que encontró a su paso, sobre todo mucho lodo que terminó por azolvar el manantial de Los Álamos, afectando a más de 100 propiedades de la zona.
Los vallesanos están muy molestos porque consideran que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente y autoridades estatales han sido omisos para atender este problema que hoy afecta sólo a este municipio, pero el año que viene afectará a millones de personas que no contarán con el suministro de agua en sus domicilios, algo que ya viene siendo recurrente.
¿Dejarán salirse con la suya a los millonarios mientras la gente puede sufrir escasez?