Rosario Robles Berlanga es la clara muestra del sentimiento que impera en el presidente Andrés López Obrador, el que se puede resumir en la frase: “se está en favor de la transformación del país o en contra de ella”.
Pero, tanto la frase, como muchas otras de las cosas que hace y dice no son de su autoría, ni por casualidad. El semblante de López Obrador se ha venido construyendo al paso del tiempo y conforme se va asentando su gobierno con base en las disposiciones externas, como las del foro de Sao Paulo.
El mandatario mexicano solo acepta a su alrededor a quien le obedece sin atreverse siquiera a cuestionar o elaborar una duda consiente sobre lo que se le está ordenando. No se le está permitido pensar a nadie, parece decir a todos los integrantes de la 4t.
Un ejemplo básico de lo anterior es lo que acaba de suceder en el Congreso, en donde recién se aprobó el Presupuesto de Egresos 2022 sin cambio alguno; como lo pidió, sin quitarle o cambiarle una sola coma. El colmo de la desfachatez de sus “legisladores” es el mensaje que le dedicaron a la oposición: “podrán presentar todas las reservas que quieran, al final iban a terminar por batearlas” así, sin análisis alguno.
Así se plasma con descaro la abyección de aquellos con su líder, y confirma, sin ninguna duda, lo antes señalado. Están ahí para obedecer, no para pensar, no para mejorar las cosas. Si el planteamiento del ejecutivo está bien, mal, o podría mejorar, eso no estaría nunca en discusión.
El desgaste para los integrantes de la oposición es tremendo, han quedado resentidos, frustrados y moralmente derrotados; no se les escucha, no se les toma en cuenta para lo más elemental, ni siquiera se toman los legisladores oficialistas el cuidado de guardar las apariencias, ¿para qué? Incluso llegan al insulto soez que marca el talante de la presente legislatura.
Las ofensas se dejan sentir hoy más que nunca, no existe el mínimo respeto, no creen los oficialistas que algún día todo esto pasará y no hay la posibilidad que nadie pueda presumir qué es lo que guarda el destino. Pero lo que sí es posible adelantar, es que la historia no permitirá pasar por alto todo lo que ha venido sucediendo durante estos últimos tres años.
La decisión de los serviles generará un gran abismo al que se está empujando a México, del que tardará mucho, mucho tiempo en poder siquiera alcanzar la posibilidad de rasguñar una salida al desastre que se avecina. El presente se encuentra enfrascado en una lucha en la que todos pierden, y lo peor, es que se está secuestrando el futuro de las próximas generaciones.
Para López Obrador, le es muy cómodo que sea señalado como autoritario, y como entre muchos otros señalamientos que bien conoce y casi podría decirse que los disfruta, porque; y lo ha dicho en varias ocasiones, a eso está acostumbrado. Los años que pasó en la oposición lo curtieron de tal forma que se cree el padre de la protesta, de la manifestación, de los movimientos, como muchas otras cosas que no son suyas pero se las arroga propias. Su megalomanía por encima de todo y de todos. Un ejemplo de ello fue la de presumir que el mundo tomó su idea de “sembrando vida” para utilizarla en pro de recuperar la vida del planeta.
En sí, todo lo que sucede en México o fuera, cree el originario de Tabasco que algo tiene que ver con él, y que en verdad causa envidia entre sus adversarios, pero ahora también lo empieza a creer que la causa de entre los demás mandatarios del mundo. Ha presumido y lo seguirá haciendo, que es de los presidentes más populares. Nunca va a aceptar que no es lo mismo ser popular a ser eficiente, y respecto de lo segundo, los resultados dicen que está reprobado.
¿Por qué la exagerada persecución contra Rosario Robles?
No le perdona a la señora Robles lo que el tabasqueño presume como traición, el tiempo que lleva la ex funcionaria en prisión está fuera de proporción. Sea culpable o no, bien podría defenderse en libertad, no habría el mismo problema si pudieran comprobarle los delitos que se le imputan.
Pero no es el caso, está ahí por una trampa legaloide. De lo demás, no existe el argumento contundente para poder convencer a la opinión pública de que no se trata de una artimaña.
No es justicia lo que se busca contra la señora Robles, es venganza, y en eso no hay defensa que valga. Lo mismo se intenta con Ricardo Anaya, el resultado de las investigaciones no son nada claras, y todo apunta a que la persecución no cesará, y llegará hasta donde tenga que llegar, no se asoma ninguna posibilidad de que el presidente recule.
Pero más que la señora Robles, al presidente le cuesta mucho tratar con mujeres, es su talón de Aquiles, las manifestaciones y los señalamientos que decida en contra de las que se encuentran dentro de la política, lo dejan ver, desnudan al emperador; por eso urge a las que tiene bajo sus órdenes que lo defiendan para no tener que hacerlo él, porque además, no sabe como hacerlo.
Es el sector femenino en donde López encuentra su “Waterloo”. Se puede dividir en dos: entre las que manipula y las rebeldes. Son las rebeldes las que le pueden arrancar su pretensión de eternizarse en el poder; como Xóchitl Gálvez, o Margarita Zavala, a la que por cierto, ha intentado una y otra vez invisibilizar al llamarla constantemente “la esposa de Calderón”, su eterno rival.
A Rosario Robles no se le puede descartar, ya que si logra recuperar su libertad, ganará relevancia y en una de esas le puede pegar un susto a la 4t para el 2024. No existe enemigo pequeño.
El titular del ejecutivo federal ha hecho de todo para eliminar a sus oponentes, a los que no quiere ganarles a la buena, sino como sea.