Ésta será la primer ocasión en la que los actuales Presidentes Municipales en el Estado de México podrán reelegirse y para el caso ya hay varios apuntados, por lo que hacen su carta a los reyes magos para que en lugar de oro, mirra e incienso les traigan la oportunidad de continuar un periodo más en el cargo.
El debate del periodo que dura un presidente municipal en el cargo había sido discutido por mucho tiempo, hasta que finalmente se dio luz verde a la posibilidad de reelegirse, para poder dar continuidad a los gobiernos municipales, que de hecho es difícil aceptar que en tan poco tiempo (únicamente tres años) se puedan implementar proyectos, programas sociales, infraestructura, etcétera, para cumplir con lo que proyectan cuando asumen el cargo.
La administración municipal es de suma importancia y eso los legisladores lo saben, ¿cuántos son los que ya fueron presidentes municipales, o que buscan serlo?, difícilmente podemos separar ambas figuras, la de legislar y la de administrar un ayuntamiento, ¿Por qué se tardaron tanto? Son de las preguntas que tal vez nunca conozcamos la respuesta correcta.
Aún con eso, la preparación de quienes asumen el cargo, no siempre es la adecuada, en nuestra democracia no se exige una preparación administrativa adecuada, lo que lleva al edil electo a cometer errores, pero cuando aprende ya está por entregar el cargo, porque parece que tan sólo fue un suspiro. En consecuencia, quedan muchos pendientes, porque quien gana el voto ciudadano trae su propio proyecto y lo que dejó de hacer el anterior no es su prioridad.
A esto hay que sumarle la cantidad de municipios que quedan endeudados, o que tienen que enfrentar problemas laborales, o una administración inadecuada, o la seguridad en los peores lugares en comparación con el resto del estado o del país, incluso. Encontrar solución a la diversidad de problemas les lleva mucho tiempo, y cuando se dan cuenta ha pasado ya el primer tercio de su gobierno, es cuando se dan por enterados que no han cumplido con las promesas que hicieran durante la campaña.
Por eso somos y seguiremos siendo testigos de una cantidad incontable de proyectos que quedan en los buenos deseos, por no decirle sueños, porque muchos de ellos, quienes los proponen, saben que no habrán de cumplirse, o buscan a quien cargarle la mano de tal impedimento, quejándose amargamente de no poder realizarlo.
Veamos, basta recordar el proyecto de hacer del Nevado de Toluca un paraíso al estilo Suizo, de atractivos turísticos sin precedentes, ¿el resultado? de antemano se conoce. Como éste, hay muchos, muchos más de los que la cordura pudiera permitir, pero no es así.
Lo malo es que la mayoría le apuesta al olvido de la gente, y parece ser que les funciona, siguen votando por quien miente, por quien promete lo que no puede cumplir, y claro, ¿quién de los que busca el voto ciudadano se atreve a decir la verdad? Son pocos, sí los hay, pero son como una especie en extinción.
Hablábamos de la reelección y de la posibilidad de dar continuidad a un proyecto que en tres años no puede cristalizarse en su justa medida, y de que hay varios apuntados, de los cuales unos lo dicen abiertamente y otros prefieren no jugarle al adelantado, hasta no conocer la decisión de su partido.
Tenemos a Fernando Zamora Morales, que coquetea con la reelección, al principio de su gestión, parecía que sólo le interesaba un periodo, ya que con un toque de soberbia se tardó para empezar a meterse de lleno a cumplir con su encargo, y ahora ha hecho obras y trabajos para ser tomado en cuenta, aunque en seguridad queda a deber aún.
Otros de los que se han puesto a trabajar y que deben ser tomados en cuenta son Enrique Vargas del Villar de Huixquilucan, o Juan Hugo de la Rosa García de Nezahualcóyotl, quien hasta se ha manifestado para reclamar la atención del gobierno del estado para el municipio que gobierna.
Pero también los hay a los que difícilmente puede pensarse que la ciudadanía de sus municipios votarían por ellos para ser reelegidos, como el edil de Almoloya de Juárez, que asume el puesto como si fuera sólo un distintivo para presumir, pero, obras, trabajos a la comunidad, desarrollo, son cosas que parecen no preocuparle, o ¿qué tal Edgar Olvera Higuera de Naucalpan? Con los niveles de inseguridad más altos, o Denisse Ugalde de Tlalnepantla, ¿tendrá argumentos?
A final de cuentas, el pueblo es quien decide a través del voto secreto, ¿quién sí y quien no? Ya lo sabremos en su momento, mientras tanto hagan sus apuestas.
