En cualquier parte del mundo lo que ha venido sucediendo en México con los periodistas alteraría a toda la sociedad. Sería un escándalo observar como el crimen pretende someter al gremio; no es cosa menor, se trata de un sector que cumple con una función muy importante, que; si bien puede estorbar o molestar a muchos, su cometido se debe a la sociedad.
El derecho a la información no concierne únicamente a quien se dedica a esa labor y a quienes la defienden, sino que trasciende al poder para llegar a los ciudadanos; que en muchas de las ocasiones se encuentran aislados de lo que deberían enterarse, lo anterior, es a conveniencia de quien ostenta el poder.
Son muchas las razones por las que la libertad de prensa y expresión molesta a los poderosos, porque quienes gobiernan no quieren que la sociedad esté informada. Por muchos años, la prensa en todo el orbe ha sido el equilibrio entre el poder y los gobernados.
Es muy fácil abusar del poder cuando se tiene, y cuando se tiene sin límites lo es aún más, porque considera quien lo ostenta, que no tienen ninguna necesidad de entregar cuentas a nadie.
Las luchas por conquistar los cargos más importantes se vuelven encarnizadas ya que representan un fruto muy jugoso para cometer cualquier cantidad de atropellos, si ese es el objetivo, en completa impunidad. Ésta, la impunidad, les alcanza para repartirla a quienes les sirven, por eso es útil la frase expresada por Víctor Trujillo a través de su personaje Brozo: ”al poder se le revisa, no se le aplaude”.
La sociedad mexicana actualmente se encuentra adormecida, viviendo un sueño con un líder que prometió mucho y ahora culpa a todos de su ineficiencia, es, en resumen; un gobierno que no sirve para lo que fue electo, no ha logrado cumplir las promesas que ofreció en campaña.
Es, para términos prácticos, un desastre, ha hecho de todo para ocultar lo que debería estar reclamando la sociedad obtener como mínimo de un gobierno, que son la seguridad, economía, salud pública. Nada ha corregido, se estancó en las promesas, sigue y seguirá culpando al conservadurimso de sus fracasos.
Esto que se ha insistido en posicionar como un nuevo sistema, no es otra cosa que rendirle tributo al poderoso, al único que cree que el poder puede heredarse. Bueno, el único en México, porque parece que Latinoamérica reproduce este tipo de líderes como si fueran un buen producto, cuando son todo lo contrario.
El periodismo puede ser en México lo último que se resista al cambio que insiste en imponer el de Macuspana, uno que presume de novedoso, que no lo es. Es un régimen que calculó, probó y ejerció el viejo PRI, ese PRI que incluso muchos de los actuales priistas tampoco quieren.
Ese régimen de la dictadura perfecta como la bautizó en su momento Vargas Llosa puede acabar, como lo está haciendo, con lo que se ha construido, a pesar de esos gobiernos, porque al final del día los que siempre pagan los platos rotos son los ciudadanos. ¿Por qué habría de ser diferente esa época de los López Portillo, Echeverría, etcétera, cuando el actual presidente López sueña con volver a ese pasado?
La muerte de periodistas debería de poner molesta a la sociedad entera, pero con una inexistente oposición al gobierno lopezobradorista, la sociedad arrinconada en sus casas, y los que deberían hacer frente al que destruye todo no logran hacer otra cosa que acobardarse o de plano unirse a él, dejan un vacío que es aprovechado por el único que impone agenda.
No hay un plan para rescatar de la pobreza o de la pobreza extrema a los millones de ciudadanos hundidos en ella, no, es mejor mantenerlos ahí, para que con migajas agradezcan a través del voto lo que se les da. Como ésta, ninguna práctica que emprenda el presidente López es nueva, ya sea de la vieja escuela, o copia del sur de la frontera, o viendo a la isla de los hermanos cubanos.
No hay nada nuevo, todo es gobernar a través de la imposición, del miedo. Por eso tanto poder que se les ha dado a las fuerzas armadas, pero, ¿quien dice algo? Los gritos de los ciudadanos molestos con el actuar del gobierno, de los que pagan impuestos y que ven como son utilizados con fines propagandísticos levantan la voz, pero son silenciados por los miles de bots al servicio del gobierno.
El sector se encuentra indignado por los acontecimientos en estos últimos tres años, más de 50 periodistas asesinados y al gobierno en turno no le merece la menor importancia, la impunidad reina en todo lo alto y parece costumbre. Lourdes Maldonado el 23 de enero fue asesinada, fue la tercer periodista ultimada en el mes de enero, que se suma a José Luis Gamboa en Veracruz y a Margarito Martínez en Tijuana.
¿En qué clase de sociedad se ha convertido a los ciudadanos mexicanos?, cuando se le permite de todo al gobierno, sin reclamo más allá de los pocos que lo han hecho, activistas que pierden la vida en condiciones sospechosas. La Comisión de los Derechos Humanos ya no existe en el país, y el INE es el último suspiro de democracia que se encuentra en peligro.
México ha transitado de ser un país de respeto, en vías de convertirse en uno de los referentes en crecimiento, no por gracia de los gobernantes, sino por el impulso de tantos talentos en los diferentes sectores que han demostrado su valía en el mundo, y que fue la fuente que inspiró a los que le arrancaron tanta libertad al gobierno, pero hoy, todo se encuentra en peligro.
Los periodistas están desprotegidos, el gobierno es indolente y miente, y seguirá mintiendo, mientras la sociedad se acostumbra a esas mentiras como cuando en una relación uno de los dos miente y abusa del otro, el que lo consiente siempre encuentra el pretexto ideal para defenderlo, hasta que llega el día que cansado/a decide echarlo para siempre de su vida.
El gremio está de luto y exige justicia.