La Democracia es el sistema político que defiende la soberanía del pueblo y el derecho del pueblo a elegir y controlar a sus gobernantes, no que su gobernante, nos controle.
De repente la vida nos sumerge en puntos que no en tendemos. Pero tal vez el inconsciente, lo aprendido y lo vivido, nos dan la oportunidad de recapacitar y tomar en cuenta que somos sólo lo que sentimos y hemos hecho.
El amor de la convicción del deber cumplido. A mi nación, a mi patria, a mis ideales que no puedo traicionar, y los que me importan más que nada. A lo que aprendí desde siempre, que son valores que llevaré a la eternidad.
Pero no todo el mundo piensa así. No todo el mundo piensa. Y eso es catastrófico en una época en que más nos valdría coordinar esfuerzos para que no se nos derrumbaran los ideales de siglos, en héroes que han sostenido esta tierra.
Pero todo parece que las lecciones de moral a estas alturas en que a nadie le importan nada, y en que el signo de la democracia que tampoco nadie entiende, se están desmoronando. Esta tierra fecunda y llena de todo de norte a sur, es devastada o por huracanes de a verdad, o por huracanes de
seres que no entienden el significado de ésta.
Dicen mis amigos que la sabiduría, esa que leemos y que está escrita a través de la cultura de milenios, nos enseña que la verdad reside en los valores que cada quien profese. También en los que cada quien crea. En el juicio y la credibilidad que le demos a cada una de las cosas que entendemos. Defenderemos con nuestra propia vida, esto. No tengo idea si por nacionalistas, por idealistas, por republicanos, o por idiotas.
Y yo me siento, y sigo pensando en la democracia. Tal vez fue lo que quiso algún día el maestro Reyes Heroles hace cuarenta y seis años, al estructurar su LOPPE. Así, cuando el 1º de diciembre de 1976 el presidente José López Portillo, lo nombra secretario de Gobernación, desde este puesto participa destacadamente en la reforma política que emprende el gobierno: “Una reforma política que amplíe nuestra democracia y fortalezca la unidad democrática, sobre la base de la pluralidad de convicciones e intereses existentes en el país…
Creemos firmemente que no es posible un desarrollo integral cuando, por timidez, por atarse a prácticas reiteradas u otras razones, el aspecto político se rezaga en relación con el desarrollo económico, social o cultural. Es más, la experiencia histórica demuestra que en el desarrollo integral de un país no existe una regla fija, de por dónde empezar, de qué es lo primero…
Sin el fortalecimiento revolucionario de nuestro sistema de democracia política, la transformación de las estructuras sociales se contempla como una posibilidad remota, pues de la consolidación de las bases de apoyo popular depende la capacidad del Estado para que su acción prevalezca sobre los poderosos intereses, internos y externos, que se oponen a la instauración de una verdadera democracia igualitaria…”
La reforma política culmina con la Ley Federal de Organizaciones Políticas y Procedimientos Electorales (LOPPE) promulgada en 1977: La LOPPE define a los partidos políticos como entidades de interés. Establece el registro de nuevos partidos condicionado al resultado de las elecciones. Da acceso a todos los partidos a los medios de comunicación y amplía el número de representantes de la Cámara de Diputados de 300 a 400, de los cuales, 300 son elegidos por mayoría relativa y cien por el principio de representación proporcional.
Como resultado de esta ley, en 1979 serán registrados los partidos: Comunista Mexicano, Socialista de los Trabajadores, Demócrata Mexicana; y en 1981, los partidos: Social Demócrata y Revolucionario de los Trabajadores. Así lleva a la práctica sus ideas de que posición y oposición no son términos irreductibles e irreconciliables sino complementarios:
“Sólo ignorando el estado actual de la ciencia puede proclamarse el duro y absoluto imperio de la mayoría sin el equilibrio de la representación de las minorías... porque nada importa que ninguno quede excluido del derecho de votar, si muchos quedan sin la representación, que es el objeto del sufragio”.
Hoy se reconoce a la LOPPE como el inicio formal de la liberalización del sistema político mexicano y a Reyes Heroles como uno de los autores del cambio democrático en el siglo XX mexicano.
De verdad, y de nuevo: hagámosle caso…