La democracia -como decía la expresidenta chilena Michelle Bachelet- “es una construcción constante, un ejercicio cotidiano de diálogo, de respeto a la diversidad y de tolerancia”; que permea hoy en todos los niveles del país, la conformación y reconformación de los cuadros políticos y de decisión; autoridades unipersonales y colegiadas están ya en una abierto disenso de ideas, planes, plataformas y posicionamientos para desarrollar en caso de obtener la venia de la ciudadanía el próximo 2 de junio.
Decía Weber que “la elección en la democracia es más que un derecho, es una oportunidad para empoderar a las personas, fortalecer la sociedad y consolidar los cimientos de un gobierno legitimo y representativo”; ello quiere decir que la legalidad y la legitimidad de quienes asuman estas responsabilidades tendrán el peso que exige una democracia que como la mexicana es un ente contingente, transformable adaptativo a las necesidades del edificio social y no al revés.
Hablo entonces de la próxima composición de la legislatura estatal número LXII; la cual se avizora como una asamblea fuerte y compacta en donde por la visualización de los aspirantes que se encuentran en estas divergencias se advierte un ensamble claro de personas vislumbradas en hombres y mujeres con calidad, experiencia, juventud e ideas claras para llevar a cabo el fin último de esta soberanía; hacer leyes.
Grandes retos tendrán los 75 legisladores de esta soberanía, una agenda que tiene muchos pendientes; la discusión, análisis y consensos de lo que ha amparado la suprema corte de justicia de la nación como la interrupción legal del embarazo, la adopción homoparental, el reconocimiento normativo y legal a la identidad plena de género, la consolidación en leyes secundarias del matrimonio igualitario y por supuesto seguir afianzando la ley de amnistía que en mi calidad de presidente de la CODHEM, se impulsó con todos sus sostenidos y bemoles.
Normativas como la protección al medio ambiente; la consolidación de la actividad económica, la protección a grupos vulnerables, la revisión seria y académica de la constitución estatal y una evidente ingeniería constitucional, para que, como decía Giovanni Sartori, establecer o restablecer una conexión urgente entre la carta magna y de la operatibilidad de las acciones del estado, su agenda política y funcional en la sociedad.
Decía Miguel Covian en su famosa teoría del Rombo: “… consolidar el sistema político del estado con sus diferentes controles “, ello sin duda requería el esfuerzo de las distintas fuerzas políticas basados obviamente, amén de su plataforma ideológica, en las necesidades del conglomerado social.
La conformación de la máxima asamblea del estado viene precedida de nombres como Juan Zepeda, quien ya fue presidente municipal, diputado local y con la máxima experiencia en su desarrollo profesional; doctor egresado de la UAEM.
Lo mismo que Francisco Vázquez , también formado en el máximo nivel académico en derecho parlamentario , o Anuar Azar, quien aporta también una gran dosis de experiencia y otros y otras trayectorias que en la coyuntura estoy seguro harán una mixtura interesante en dicha soberanía.
También y no hay que perderlo de vista, los años, la trayectoria y el expertis son necesarios pero también debe haber un embalaje con los nuevos cuadros, el papel de la juventud es fundamental, el lenguaje, la comunicación y la visión de la sociedad de ellos en un país que se compone de un porcentaje -en su mayoría- de jóvenes, representa esa dimensión distinta y diferente. Aquí afirmo que el futuro de los jóvenes no es hoy fue desde ayer y se aprecia con dinamismo y gusto, dando el derecho de escuchar y observar su actuación a jóvenes como Mariano Camacho en una ciudad con un profundo desarrollo como Metepec, joven al cual conocí como rector y presidente de la Codhem y con quien signamos y desarrollamos diferentes ideas en torno al actuar de la juventud. En sus diferentes responsabilidades ha denotado interés, capacidad y eficacia incluso yendo contra la estigmatizacion de su filia, bien por su partido que siga apoyando nuevos cuadros y a poner un freno a aquellos personajes que cada elección se postulan desde hace décadas. Está en todos los marianos remover los vicios añejos que aquejan la agenda funcional del estado, retos nuevos exigen sangre nueva, porque como decía el rector de la UNAM en 1968 : “que viva la discrepancia porque es ese el espíritu de los inconformes”.
Como profesor y directivo universitario he conocido alumnos como Gerardo Lamas quien se distinguió por su pro actividad como alumno de nuestra facultad de derecho.
Y así la lista de hombres y mujeres que prometen que la divergencia y la convergencia próximas sean más cohesionadas con el fin de robustecer la geometría normativa y constitucional del estado más importante de México, que como decía Jorge Carpizo: “es en la constitución donde encontramos el orígen, la causa y coordinación de todo lo que somos y donde pertenecemos. En ella existe lo más sensible y sagrado para todos, nuestra libertad y conciencia. Libertad para hacer, para ser y coexistir. Conciencia para reinterpretar que con ella todo y sin ella nada”.