“Dadme un celular y moveré el mundo”... Es la consigna del actual Homo Telé-Fono Sapiens, sedentario y nómada a un tiempo con su móvil en mano o mejor, sin usar siquiera las manos, con “Bluetooth” es la expansión integral del teléfono, un Teléfono-mundo con tele-vista y tele-tacto que hacen accesible un mundo de informaciones.
Paul Virilio es un destacado pensador que ha escrito mucho acerca de esta tecnología y cómo ha sido desarrollada actualmente en relación con la velocidad y el poder.
Sus trabajos más destacados incluyen Estética de la desaparición. Barcelona: Anagrama, 2003. La bomba informática. Madrid: Cátedra, 1999 y El Cibermundo: la política de lo peor. Madrid: Cátedra, 1997, en las cuales argumenta, entre muchas otras cosas, que los proyectos militares y tecnológicos guían la historia.
El tema de la desaparición se refiere a un fenómeno emergente dentro de la actual sociedad telemática: la desaparición de la materialidad como consecuencia de la construcción de una realidad virtual. Virilio contempla la desaparición como la evanescencia del mundo material bajo la hegemonía de un mundo virtual. El proceso de esta desaparición parte del desarrollo de la tecnología de la comunicación y la manera oómo el cibermundo comienza a afectar las nociones de territorio, ciudad y el propio cuerpo.
En sus otros libros Virilio analiza el supuesto progreso que inspira nuestro culto a la velocidad, el cual, según él, tiene un reverso oscuro, catastrófico: el arsenal nuclear (por ejemplo, la actual amenaza de Corea del Norte), hace disección con minuciosidad de la bomba informática, y percibe la desaparición de lo político en manos de los mercados, especialmente, de la mercadotecnia electoral.
Las predicciones de Virilio acerca de las 'logísticas de la percepción' - el uso de imágenes e información en la guerra en su Guerra y Cine, de 1984, fueron tan acertadas que durante la Guerra del Golfo fue invitado a discutir sus ideas con los oficiales militares franceses sobre la primera Guerra del Golfo, que Virilio denominó una "guerra mundial en miniatura" y la “primera guerra en tiempo real”. De esta manera, el intelectual francés desarrolló lo que llama el "modelo de guerra" de la ciudad moderna y la sociedad humana en general.
Y es el inventor del término 'dromología' ( del griego dromos, carrera) que significa la lógica de velocidad, que es la fundación de nuestra sociedad tecnológica, porque descansa sobre el transporte y las veloces transmisiones para controlar su territorio.
Durante la guerra contemporánea la logística no sólo implica el movimiento de personal, tanques, combustible y demás, también implica el movimiento de imagen, tanto del campo de batalla como hacia él. Virilio se extiende sobre la creación de la cadena CNN y el concepto de "sabueso de noticias". El "sabueso" captura imágenes que envía a CNN, la que luego las transmitirá al público. Este movimiento de imágenes puede comenzar un conflicto.
La logística de la percepción también se relaciona con la transmisión televisiva de maniobras militares y las imágenes del conflicto que son vistas no sólo por los televidentes en su casa sino también por el personal militar involucrado en el conflicto. El "campo de batalla" también existe como "campo de percepción y de comunicación ".
Para Virilio, la transición del feudalismo al capitalismo fue conducida primeramente no por políticas y tecnologías de producción de riqueza sino por mecanismos de guerra. Argumenta que la ciudad feudal, tradicionalmente fortificada, desapareció debido a la creciente sofisticación de las armas y las posibilidades bélicas. Para Virilio, el concepto de guerra de asedio se convirtió en una guerra de movimiento. En Velocidad y Política, él argumenta que la Historia progresa a la velocidad de sus avances armamentísticos.
Si la información es la tercera dimensión de la materia, después de la masa y la energía, se ha pasado de la guerra de masas, a la guerra de la energía y, hoy, a la guerra de la información, que generaliza lo que el espionaje y la vigilancia policial han hecho desde hace tiempo pero en forma limitada y no con la aceleración de esta información global actual.
La guerra de la información se apoya en la interactividad global (como la de la energía atómica lo hace en la radiactividad local: “accidentes nucleares” de Chernobyl o Fukushima en Japón).
Hoy ya no rige McLuhan, que afirmaba que el medio es el mensaje. Hoy el mensaje no es el medio, es sólo su velocidad. En la información hoy es menos importante el contenido explícito que la velocidad de su retroalimentación: El mensaje importa menos que su entrega instantánea.
Y la información actual es inseparable de su aceleración.