El cambio como promesa de campaña de Vicente Fox en el año 2000 prometía avanzar a un futuro próspero, igualitario, democrático, mejor. Creó el Seguro Popular, pero se enfiló a un proceso de confrontación que crecería hasta el día de hoy.
La oferta del cambio le abrió el paso a la esperanza, pero también a la violencia. Los cárteles se fortalecían, las instituciones se debilitaban y el ritmo de crecimiento frenaba las expectativas.
Felipe Calderón, declaró la guerra formal a las organizaciones criminales. Se abrió la caja de Pandora, se iniciaron las masacres cruentas, escenas nunca antes vistas, los militares salieron a la calle a hacer tareas propias de la policía, la que profesionalizada pero que infiltrada por la corrupción y los intereses no ofrecía resultados que paliaran el baño de sangre.
Enrique Peña Nieto ofreció cumplir con las expectativas de los mexicanos; había atisbos de que las cosas podrían mejorar con las reformas estructurales y las obras que emprendió como el NAIM pero se atravesó Ayotzinapa, lo que marcó su sexenio, a pesar de haberse atrapado a importantes capos del narcotráfico. El crecimiento aunque discreto se empezaba a sentir: había empleo, salud, educación, pero lo ocurrido en Iguala no se olvidaría.
Con la llegada de López Obrador y su Cuarta Transformación se detonó la lucha anticorrupción y la política de “abrazos no balazos”, “los cárteles” se multiplicaron e “hicieron su agosto”, llegó a tal punto que pueblos enteros se vaciaron aterrorizados por la delincuencia.
La cultura del narco hizo lo suyo: bandas musicales con contratos millonarios para fiestas orgiásticas de “los señores del narco”, series para plataformas streaming, moda, historietas y estereotipos convertidos en héroes de los jóvenes.
Los negocios vinculados a esas organizaciones prosperaron, el trasiego de armas y personas, el lavado de dinero. Las consecuencias en 2022: la militarización de la vida civil, una Guardia Nacional que ni hace ni deja hacer, una sociedad atemorizada, secuestrada por la delincuencia, 2.75 feminicidios diarios, 36 mil 579 homicidios dolosos en 2020 de acuerdo a datos del INEGI. La transformación que ofreció AMLO consiste en destruir y chatarrizar la vida institucional del país. México se convertido en un narco estado.
