Sin democracia, la libertad es una quimera
Octavio Paz
El desmantelamiento del INE ya empezó con la iniciativa de Morena, cuyo propósito final es desaparecerlo. Con el adelgazamiento del presupuesto al Instituto Electoral de la Ciudad de México, la reducción de cinco áreas operativas, aprobada por el congreso local para ir después por su desaparición, la reforma electoral propuesta contempla también la de los órganos públicos autónomos como el INE, a pesar que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha comentado que sólo se le cambiará el nombre y se eliminarán algunas funciones. Con esta acción se inicia su proceso de desaparición, como lo conocemos, cuyo plan piloto es el Instituto Electoral de la Ciudad de México.
La democracia está bajo un bombardeo constante de la autoridad con el fin de eliminar no sólo al INE sino también al TRIFE y a los órganos estatales electorales. La idea es que pierda la autonomía el que fuera el IFE, Instituto Federal Electoral, fundado en 1990, que se transformó en 2014 en el Instituto Nacional Electoral. Ambos, producto de reformas electorales realizadas desde 1977 hasta llegar a las de 1990 y 1993, gracias a las cuales se pudieron realizar estos cambios.
El secretario de gobernación dejó de presidir el IFE en 1990 que a la sazón era Emilio Chuayffet Chemor, al que sucedió José Woldenberg, en calidad de Consejero Presidente, el 10 de octubre de 1991, con un interinato previo de María Marván Laborde. A partir de entonces las elecciones las ha organizado el Instituto con la participación ciudadana, de una manera plena.
Si prospera el propósito planteado en la iniciativa, lo logrado se convertirá en letra muerta y será el gobierno el que organice nuevamente las elecciones, las sancione e imponga candidatos, y los resultados estarán sometidos al arbitrio del gobernante en turno.
La ciudadanía debe ir ahora por la defensa de los órganos electorales autónomos, por la voluntad ciudadana en ejercicio del voto, y por evitar la imposición de gobernantes y legisladores a modo, así como lograr un papel equilibrado del poder judicial, a fin de lograr vivir en democracia plena.
El INE ha de ser garante de la democracia. El domingo 5 de junio con la elección de seis gubernaturas conoceremos el rumbo.
