Ya es técnicamente un hecho que va Delfina Gómez como candidata a gobernadora por Morena en el Estado de México.
Ante este escenario, al PRI le queda solo una opción para ser competitivo en la elección: destapar ya a su candidata o candidato, pues el tiempo que mantengan la indefinición será de ventaja para el posicionamiento de la ya virtual abanderada morenista.
Los tiempos han cambiado y lo debe entender la cúpula tricolor.
La ortodoxa costumbre de destapar al ungido en la última raya de los tiempos que marca el árbitro electoral, esta ocasión le podría costar perder alcances.
El reto para el gobernador Del Mazo es concretar la alianza con el PAN, tener tranquilo y sumado a Enrique Vargas y apostar por un candidato ganador.
Al PRD vender sus pobres cifras con quien le convenga, lo mismo que la casi desaparecida chiquillada. Y de Movimiento Ciudadano, sin desacreditar perfiles, será el resta votos, una vez más, contra el bastión morenista.
Aunque las encuestas apuntan a Delfina, puede haber sorpresas. Aún la pelea está por venir y serán las plataformas electorales y el electorado indeciso quienes podrían definir la contienda que viviremos los mexiquenses el próximo año.
