Según la Comisión para la igualdad de oportunidades en el empleo, el acoso puede incluir acoso sexual o avances sexuales indeseados, solicitudes de favores sexuales y otro tipo de acoso verbal y físico de naturaleza sexual, ahora hablemos de las primeras ocasiones en las que una mujer logra identificar el acoso sexual.
Las mujeres sufren su primer acoso sexual normalmente aún siendo niñas o al inicio de la adolescencia, movimientos como el #Metoo lograron visibilizar esta violencia durante los últimos años y sigue sorprendiendo la edad de entre los 9 y los 11 años donde las niñas sufrieron su primera experiencia de acoso sexual, en la escuela, en la calle e incluso dentro de sus hogares.
Pero aunque el movimiento feminista ha visibilizado la violencia y ha ocasionado que grandes personajes sean juzgados por los hechos, no hemos logrado que los actos de acoso disminuyan, el acoso callejero y laboral sigue condicionando a las mujeres en sus rutas y decisiones de vida.
En el Estado de México el acoso sexual es un delito que se puede sancionar con hasta 4 años de prisión, sin embargo, la falta de la denuncia y la poca judicialización de los casos nos demuestra que la visión punitivista no ha logrado disminuir este acto que atenta contra los derechos de las mujeres, en especial contra su vida libre de violencia y la libertad de tránsito.
Y una vez que lo sufres y logras identificarlo, el camino sigue siendo largo, para las mujeres, aunque los actos de acoso pueden darse en ocasiones de manera aislada, la mayor parte de las víctimas sufre el acoso de manera reiterada, ya sea en el espacio público o en el espacio privado, incluso y de manera sumamente frecuente en el espacio laboral.
Para las mujeres ser víctima de acoso sexual es un hecho que suele ocurrir más de una vez a lo largo de su vida, incentivar a la denuncia no es la solución de fondo que buscamos en el feminismo, sino que estos hechos dejen de ocurrir y cómo cooperamos para que esto deje de pasar desde la sociedad, es fácil.
El primer paso, dejar de aceptar los actos de acoso de quienes nos rodean, el segundo paso involucrarnos en detener a los agresores si detectamos que en el espacio público se estan cometiendo estos actos, y en tercero y más importante creerle siempre a las víctimas.
Hace unos días en twitter varias mujeres reflexionábamos sobre los actos de acoso sexual que se dan en la formación universitaria y como es que a lo largo de los años las mujeres, que en esa época muchas terminaban su adolescencia tuvieron que dejar pasar de largo los actos de acoso de vacas sagradas de la academia o el gobierno, que suelen ser quienes más ejercen estos actos, por sentirse protegidos, y como es que aún después de muchos años de egresar, incluso décadas, en el caso de algunas de ellas, siguen presentes estos actos, por las mismas personas en las universidades, ponernos los lentes violetas y aplicar los pasos para involucrarnos y dejar de aprobar a los acosadores es urgente, es una necesidad que exige que todas las personas nos involucremos, involúcrate tú también y si localizas algún caso de acoso a tu alrededor alza la voz y apoya a la víctima, en inicio en la denuncia y en seguida en hacer que el acosador se sienta culpable y responsable por dañar a muchas mujeres.
Nos leemos pronto, con los lentes violetas, más puestos que nunca.
Tw. @yuri_cast