Muchas veces en este camino a la igualdad entre hombres y mujeres hemos escuchado que el desarrollo económico de las mujeres y las niñas es una condicionante para salir de la violencia, con nuestros lentes violetas debemos alcanzar a ver la desigualdad económica como está gran condicionante, no solo para salir de la violencia, sino para que las mujeres se desarrollen de manera óptima y alcancen sus metas.
La dificultad que enfrentan las mujeres para desarrollarse tiene su raíz en la falta de acceso a una educación formal que les permita desarrollarse en el campo laboral, las desigualdades que ha impuesto el sistema patriarcal a las mujeres causa que su desarrollo se encuentre limitado y considerar que las mujeres solo son buenas para algunos oficios y actividades de cuidado han prolongado que las mujeres puedan dejar atrás los pisos pegajosos, las políticas y programas que nos siguen estigmatizando nos dejan sin herramientas reales para acceder a un desarrollo económico que garantice una calidad de vida adecuada y permita que miles de mujeres dejen atrás situaciones de violencia.
La violencia económica, según lo que establece la Ley General de Acceso de las mujeres a una vida libre de violencia, es “toda acción u omisión del agresor que afecta la supervivencia económica de la víctima. Se manifiesta a través de limitaciones encaminadas a controlar el ingreso de sus percepciones económicas, así como la percepción de un salario menor por igual trabajo, dentro de un mismo centro laboral”.
En México, el mundo y en el Estado de México las mujeres siguen ganando menos que los hombres por el mismo trabajo, la brecha salarial por género hasta 2021 seguía siendo del 12.2% y es esta una de las razones para extender de forma inmediata la ola feminista en la que nos encontramos, e invitar a todas las personas que conocemos a usar sus propios lentes violetas, imagina, cientos de empresarios siguen pensando que las mujeres merecen ganar menos por su trabajo a comparación de los hombres, y esta no es la única acción que condiciona el desarrollo económico de las mujeres, las dobles jornadas, los trabajos de cuidado no remunerados y la falta de acceso a programas de fortalecimiento empresarial son algunas de las cosas que causan esta falta de desarrollo económico para las mujeres.
Ahora hablemos de la otra violencia económica, la que podría sonar más dura y denigrante para la dignidad humana de las mujeres, la que las limita en gasto, las controla y les ejerce presión a niveles que muchas veces no podemos imaginar, la que limita la libertad de movimiento, la libertad de hacer y la libertad de decidir sobre sus ingresos, la que quita el ingreso y no le permite acceder muchas veces a productos esenciales de cuidado para ellas mismas o sus hijos, esta violencia económica que se sufre en todos los niveles y ocasiona otros tipos de violencia, patrimonial, física, psicológica y muchas veces violencia feminicida.
Esta violencia que sigue atacando a miles de mujeres al día es una situación que no debemos seguir permitiendo, este espacio, es un espacio de reflexión e invitación a que difundan esta realidad que nos preocupa y nos ocupa, una realidad que debe ser atendida en todos los niveles y por todos los sectores, desde donde estemos, hagamos un análisis de la situación económica que enfrentan las mujeres a nuestro alrededor y como esta limita sus metas, y después de esta reflexión pongamos manos a la obra y extendamos nuestras capacidades y oportunidades en ayudar a que las mujeres podamos vivir libres de violencia económica.
Tw. @Yuri_cast