Era marzo de aquel 2017 –recuerda el periodista elevando la mirada-. Sorbe a su taza del acostumbrado café matutino. Ese día, el entonces pre candidato presidencial se reunió en Nueva York con migrantes mexicanos. Uno de ellos le reclamó por el asesinato de estudiantes de la Escuela Normal, cuando Ángel Aguirre era gobernador de Guerrero. “¡Usted formaba parte del PRD que lo postuló!” –le gritó-. “¡Cállate, eres un provocador!” –Respondió AMLO-. Quien lo encaró en ese momento fue Antonio Tizapa, padre de uno de los 43 estudiantes desaparecidos.
Mire, Andrés sabe que en este caso, a 8 años de distancia, han surgido cosas que podrían mancharle el mantel de la mesa en la que planea los discursos populistas de las mañanas. El 25 de mayo de 2018, ya como abanderado de la coalición 'Juntos Haremos Historia', en un mitin en Iguala, se comprometió a crear una Comisión de la Verdad, integrada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la ONU. ¡Nada de sospechas! Sólo justicia. ¡Iguala va a ser el ejemplo de cómo se hace justicia en un gobierno democrático!
La Comisión se hizo, pero no la conformaron ni la CIDH y menos la ONU y menos aún, Iguala es ejemplo de justicia. Andrés aseguró que Felipe Calderón y Enrique Peña se equivocaron al haber enviado al Ejército a las calles para combatir al crimen organizado. “¡Ese error le costó la vida a 230 mil personas!”, exclamó. En su gobierno, el crimen ha ejecutado a más de 105 mil personas y los militares invaden las calles.
Pero nos siguen faltando 43
El 26 de septiembre de 2019, ya siendo presidente, apareció en su conferencia matutina portando una playera conmemorativa de los cinco años del caso Ayotzinapa. Reiteró que “estábamos cerca y habría justicia muy pronto”.
Este 26, del mes patrio 2022, se cumplieron 8 años de la masacre de los normalistas, y también este mismo año, Andrés Manuel cumplió 5 años como Presidente pero, no, no estábamos cerca. El subsecretario Encinas eligió el jueves 18 de agosto para dar a conocer su informe sobre la desaparición. “Fue un crimen de Estado”, dijo con una mirada inquisidora al pasado, y desmintió la “Verdad histórica” que, aseguró “fue planteada el 27 de enero de 2015 por el entonces procurador Jesús Murillo Karam”.
El mediático informe, iba acompañado de 83 órdenes de aprehensión contra 20 mandos militares y soldados de Iguala; 5 contra autoridades administrativas y judiciales de Guerrero; 26 policías de Huitzuco; 6 de Iguala, uno de Cocula; 11 estatales de Guerrero y 14 miembros de “Guerreros Unidos”.
Pero ¿Dónde están? ¿Quiénes los mataron?
"¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!", gritaron en el Zócalo los padres y madres de los 43 normalistas. Son víctimas de la violencia; padres sin hijos; alumnos sin compañeros; y “juguetes” del poder político. No quieren más el teatro de Andrés Manuel y Encinas. Reclamaron la cancelación de 21 órdenes de aprehensión (16 eran contra militares). "¡Sucumben ante el poder militar!", gritaban. Atacaron la embajada de Israel, la FGR, instalaciones militares de Chilpancingo y el Campo Militar Número 1. No saben otra forma para exigir justicia y los discursos manipuladores del gobierno ya los cansaron.
Sus pruebas son los dichos de un criminal protegido pero, no se investiga a los criminales que los desaparecieron o mataron. Parecieran intocables y, con una justicia así, los 26 de septiembre serán como todos los 2 de octubre y 8 de marzo, sólo tristes fechas para recordar la impunidad y la ineficiencia política en México… Sólo digo. Mi Twitter @raulmandujano
