¿Planea López Obrador por decreto, vivir más años?

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¿Planea López Obrador por decreto, vivir más años?

Miércoles, 26 Octubre 2022 00:15 Escrito por 
Alfredo Albiter González Alfredo Albiter González Lo bueno, lo malo y lo serio

Con base en el poder otorgado y el que se ha adjudicado el presidente de México, Andrés López Obrador, no sería raro escuchar que esté planeando contar con más años de vida por decreto. De lo contrario, no podría tener los suficientes como para ver realizado su sueño; constatar que México vivió una cuarta transformación que empezó con su gobierno y que se consolidará en sexenios posteriores.

¿Hasta dónde alcanzará la imaginación del tabasqueño para poder recrear en su mente la tal transformación tan anunciada por él y replicada por sus seguidores e incondicionales?

¿Cuál será el país que sueña dejar, una vez que tenga que rendir cuentas con el creador? Porque lo que es seguro, tarde o temprano tanto él, como todos nosotros, nos encontraremos con el mismo destino, y el tránsito por la vida quedará atrás.

No existe duda a estas alturas de que el tabasqueño busca continuar conservando todo el poder que ha acumulado en su persona, si no puede lograr reelegirse, porque créalo, hará hasta lo imposible porque así sea, su intención es seguir influyendo en todas las decisiones aun dejando la silla presidencial, que no tanto el poder.

López Obrador es uno de los políticos más transparentes en cuanto a sus intenciones se refiere, pero no por eso, en automático cuenta con otras tantas virtudes que no se cansa de arrogarse. No, no las tiene, cree tenerlas porque lo llena un gran egocentrismo y megalomanía que así se lo hacen ver. Sin dejar de lado desde luego, que, a su alrededor, cuenta con una gran cantidad de abyectos que le dicen lo que saben quiere escuchar.

Por eso, no debe pasar desapercibido lo que declara, como el de asegurar que no le va a dejar el gobierno a cualquiera sino a quien continúe con la transformación, y, hará todo lo que sea necesario para lograrlo. Todo.

Independientemente de que lo logre o no, no desea que sus obras emblemáticas se queden sin terminar. Aunque el aeropuerto y Dos bocas ya han sido inauguradas, se encuentran muy lejos de rendir frutos. Insistirá que el Felipe Ángeles es el mejor aeropuerto del mundo; aunque la mayoría, incluso los suyos, saben que no es verdad, y cuando mucho, podría compararse con uno pequeño, sin los alcances que se proyectaban para el de Texcoco. Dos Bocas… bueno, parece que tendrá muchas más complicaciones de las que se pudo haber imaginado.

Pero no se trata únicamente de las obras de las que se siente orgulloso, y que las ve como trascendencia histórica, en verdad así las ve. Pero, están muy distantes de que representen el resorte de progreso que les adjudica. Tarde o temprano, la realidad alcanzará la verdad de su existencia.

No se puede dejar en el olvido y centrarse en una visión tan corta como la de presumir que México pueda ser autosuficiente, en alimentos, en combustibles, etcétera, no puede apartarse del mundo. El Tratado comercial con los vecinos del norte lo deberían clarificar. Pero no lo asume. En los negocios, el país ha reportado pérdidas por la inexperiencia de los encargados, o por la opacidad con la que todo se maneja, entonces, no se puede suponer que exista en el futuro, con éste, o similar gobierno, las condiciones ideales que logren hacer crecer a la economía del país.

Lo que se avecina es catastrófico, porque el resultado eminente es más pobreza, menos oportunidades, retroceso en todos los sentidos. Y lo que es aún peor, es que sin instituciones y sin la oportunidad de tener otra forma de ver y hacer política, gracias a la desaparición del órgano electoral en caso de que se concrete, y que en su momento, fue orgullo de los mexicanos, seguirá Morena en el poder, para darle continuidad a la “cuarta transformación”.

El dinero y los recursos de México han sido dilapidados, los programas sociales, las deudas económicas, tanto externas como internas, la falta de inversión, hacen un peligroso coctel de desperdicio que no llevará a buen puerto, la carestía seguirá en aumento, la deuda externa que ya acusa un aumento significativo, continuará igual, muy a pesar de que se diga, y aunque lo hagan un millón de veces, que no se ha endeudado al país, la realidad es otra, y están los datos aún a la mano de quien quiera verlos, pero, qué flojera investigar, ¿verdad?

Entonces, ¿cuál es el futuro que se presenta en diez, veinte, treinta o cincuenta años?

Muy complicado responder a esa pregunta, porque la administración del país como la lleva López Obrador no tiene su objetivo en el futuro, menos aún, que éste pueda ser prometedor, lo que dijo, en el sentido de que la pandemia “le cayó como anillo al dedo”, es cierto; quería que todo se fundiera y desapareciera, no lo hizo su gobierno, entonces no funciona, hay corrupción; para empezar de cero. Para construir su idea de país. Ese país en el que sólo existen quienes aceptan su manera de pensar, sin crítica alguna, que están contentos con un mendrugo de pan que les ofrecen los programas sociales, sin educación, sin ambición; lo ha dicho, y no puede caber duda, es lo que piensa y desea.

Con lo anterior, y, todo lo que ha venido haciendo el tabasqueño, se pueden formar una idea lo que está intentando el inquilino de palacio, sólo que siente que la vida no le alcanzará para disfrutar de sus “logros”. “Que nunca más gobierne el neoliberalismo”, dice, cualquier cosa que entienda que eso sea, que los “conservadores” ardan en el infierno, y, que se continúe con su transformación.

Sólo le queda decretar vivir muchos años para dar cuenta de todo lo realizado por su “ingenio”. Aunque no tome en consideración que puede correr la misma suerte que el expresidente Luis Echeverría Álvarez, y la vida le tenga reservado más tiempo del que desea, y poder ser testigo de la “magnitud” de su obra.

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Alfredo Albíter González

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