Una de las razones por las que la violencia sexual que sufren las mujeres es la menos denunciada es la falta de acceso a la justicia y los procesos de revictimización que se sufren en el camino a una sentencia, y es que los últimos años hemos podido ver casos en los que a pesar de la viralidad en redes sociales y medios de comunicación la impunidad sigue presente, en casos como el de la Manada en España, donde 5 hombres violaron a una joven en la noche de las fiestas de San Fermín en 2016 y después de 6 años y un camino legal que aturde, y tuvo que llegar al tribunal supremo de ese país para que la víctima pudiera acceder a la justicia.
En todo el mundo los casos de violencia sexual que se vuelven virales, involucren o no a personas famosas toman años en resolverse, esta semana la nota fue la solicitud de extradición del futbolista brasileño Robhino, condenado a 9 años de prisión por haber participado en una violación en el 2013, casi 10 años después de los hechos en los que el exfutbolista participó, llegando también al tribunal supremo de Italia, donde el futbolista y las 4 personas más que participaron del hecho alegaron entre otras cosas, declaraciones como “La mujer estaba borracha. Eran 5 encima de ella y yo solo le puse el Pene en la boca, eso no significa follar”.
La violencia sexual que sufren las mujeres en el mundo y en nuestro país siempre es condicionada a los estereotipos de género que se nos han impuesto y minimizada por comentarios como el del futbolista, y muchos otros que alegan la vestimenta, la consumición de alcohol o alguna otra sustancia, la hora e incluso el lugar en donde las víctimas se encontraban, estás violencias que se suman a los traumas psicoemocionales que deja la violencia sexual sobre las mujeres, llega también a las fiscalías y los tribunales y suelen ser estos espacios, espacios donde la palabra de las víctimas se pone en duda, donde los hallazgos deben incluir semen y otros fluidos del agresor para que las palabras de las víctimas tengan sustento.
En esta realidad, la de las denuncias sin justicia, donde el 49.7% de las mujeres han sufrido violencia sexual a lo largo de sus vidas según datos de la última encuesta de la ENDIREH en México, la impunidad sigue sumando a la cifra negra en estos delitos, las mujeres siguen sin creer en las autoridades y es que si llega el día en el que se acercan, este acercamiento no garantizaría justicia, también es bien sabido que si la justicia llega, pueden pasar años y en estos años las mujeres no encuentran instituciones que las acompañen y las hagan fuertes.
Entendamos la justicia como algo más que sentencias, como ese algo que nos permita que estos actos no se repitan, entendamos la justicia como en las leyes, esas que señalan una reparación y medidas de no repetición, esas que en el papel garantizan el principio pro-persona y los derechos humanos, entendamos así la justicia y estemos listos para escuchar a las mujeres que no la tienen, a las mujeres que se sigue condenando por su ropa o la hora, entendamos la justicia con lentes violetas, entendamos que en este y todos los meses seguiremos gritando JUSTICIA.
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