Ni latinoamericanos ni norteamericanos, sólo mexicanos. Pareciera ser, en los hechos, que ser mexicanos no nos hermana con América Latina ni con Norteamérica, nos diferencia pero los necesitamos y los buscamos: en el norte del país hay una actitud pro yanqui y en el resto, una fobia anti yanqui; sin embargo, la migración de compatriotas a los Estados Unidos se ha incrementado cada día más, en busca del sueño americano, proveedores de remesas.
La complejidad de problemas que se viven en nuestro país nos llevan a mirarnos con temor sólo en el reflejo del espejo. La isla latinoamericana está rodeada por dos océanos y por la frontera norte de México que como es bien sabido es la entrada de la mayoría de los migrantes latinoamericanos y de otros países a E.U.A.
Sin embargo, el presidente López Obrador ha ofrecido asilo a presidentes excluidos por sus pueblos y sus congresos, señalados por el resto de los países latinoamericanos y norteamericanos que luchan por la democracia, rechazando la injerencia en sus países como lo dicta la mexicana Doctrina Estrada en el sentido de la autodeterminación de los pueblos.
Recientemente, se ofreció asilo político al defenestrado y encarcelado ex presidente del Perú, Pedro Castillo, el que quiso dar un golpe de estado disolviendo los poderes y declarando un estado de excepción. En el pasado se ofreció asilo y se le dio un trato esmeradísimo a Evo Morales, ex presidente “repetidamente electo” de Bolivia. Sin embargo, en otra faceta de las relaciones mexicanas con los países de Latinoamérica, nuestro país en ningún momento ha señalado la transgresión de los derechos humanos que se viven en Nicaragua, Cuba o en Venezuela; en cambio se tienen diferencias incómodas con el gobierno argentino, se cancela la Cumbre de las Américas y la relación con los Estados Unidos es de indiferencia, salvo que se presenten llamadas o visitas incómodas referentes a los problemas derivados del T-MEC, el crimen organizado o los migrantes que obligan al gobierno norteamericano a levantar la voz y mirar con preocupación y enojo al sur.
