El fantasma de la guerra sucia

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Publicado en Opinión

El fantasma de la guerra sucia

Jueves, 02 Febrero 2023 00:45 Escrito por 
Juan Carlos Núñez Armas Juan Carlos Núñez Armas Palabras al viento

Un exabrupto, así califico, a la trifulca que sostuvieron elementos de la Secretaría Ciudadana, la de los llamados “granaderos”, que todos vemos, pero ya no existen, encabezados por el Contralor Juan José Serrano Mendoza, contra la Alcaldesa de Cuauhtémoc en la CdMx, Sandra Cuevas.  En una actuación por demás extraña, con la presencia masiva de policías junto con personal de la Contraloría, tomaron por sorpresa las instalaciones de la Alcaldía. Los volantes que “encontraron” no constituyen un delito en sí mismos, en todo caso habría que investigar si fueron pagados con recursos públicos y lo mismo debería hacerse para saber con qué recursos fueron pagados los espectaculares y bardadas de #EsClaudia que hay por todo el país.

La Jefa de Gobierno argumenta que los volantes encontrados son guerra sucia y la Alcaldesa ha declarado que la acción constituye un acto de privación ilegal de la libertad tanto para ella como para los empleados que estaban a esa hora en las instalaciones. Cualquiera que sea el dictamen final, lo cierto es que esos hechos empañan la actuación de las autoridades frente a los ciudadanos, se genera polarización y disminuye la credibilidad política.

En un proceso electoral alguna vez escuché a Maricela Gastelú señalar que para unos la precampaña es una guerra, para otros es un juego, pero debiera ser un contrato de trabajo tanto para consultores como para los políticos.  Maricela enfatizaba que, si concebimos las precampañas o campañas como una guerra, en la que hay enemigos que exterminar, recomponer una colaboración posterior será muy difícil. Los resentimientos que se generan al sentirse en guerra son muy duraderos. López Obrador es un buen ejemplo al grado que “el mito fundacional” de su movimiento político es su incapacidad para superar su derrota en 2006 y el enorme rencor que generó entre el líder y sus seguidores.

En nuestro estado las precandidatas incrementan su activismo. En las primeras semanas de precampaña la percepción del crecimiento de Alejandra en las preferencias fue muy significativo y se puede explicar, según Daniel Calderón del “Centro de planeación, estrategia y prospectiva política” (Ceplan) porque está buscando el voto joven. Por su lado, Delfina busca el voto duro de su partido. En Alejandra se nota un cuidado manejo de la organización y activismo digital. En Delfina se nota poca organización en su estructura comunicativa.

En las métricas en redes sociales publicadas por Ceplan, se puede comprobar que los seguidores de Alejandra en Facebook se incrementaron en 6.9% y los de Delfina en 4.94%. En el Engagement (que el autor llama compromiso), es decir, cómo interactúan las precandidatas con sus seguidoras/es, es claro el crecimiento de Alejandra quien registra 5.3% de aumento, frente al 4.2% de Delfina.

Las precampañas seguirán su dinámica y me queda muy claro que conforme se cierren los números, el nerviosismo de los equipos se incrementará.  Un ejemplo de las situaciones complicadas que se enfrentan en un periodo de proselitismo nos lo dio el equipo de Morena.  Alguna medida correctiva debería tomar cuando resulta que las declaraciones de Horacio Duarte, coordinador de precampaña de Delfina, tienen más impacto que la presencia de su precandidata.  Por citar dos notas, Duarte dijo que con la derrota del PRI en el EdoMéx se cerrará un ciclo en el país y que el 80% de los mexiquenses quiere un cambio.

También con el avance la tentación de usar campañas sucias será más que evidente, aunque lo cierto es que éstas no tienen resultados contundentes en cuanto a su efectividad se refiere. Suelen ser poco relevantes para modificar las actitudes de los votantes.  El objetivo que sí cumplen es centrar la atención en aspectos de fortalezas y debilidades de las contendientes.

La “guerra sucia” como Napolitan solía denominarla presenta testimonios de declaraciones con promesas incumplidas o imposibles de lograr, contradicciones entre las afirmaciones actuales y las pasadas o evidencias de inconsistencias financieras tanto en el ejercicio como servidores públicos de quienes contienden o en su patrimonio personal. Este tipo de guerra puede incluir declaraciones embarazosas, temas controversiales como droga, aborto, etc., suelen apelar a la ira, al miedo y, como lo he sostenido, trata de impactar en las emociones de su público.

No dudo que veremos una guerra de lodo, unas/os contra otras/os, a ver a quién le cae más. Y como alguna vez me decían en cierta precampaña, “si se trata de lanzarse lodo entonces es posible que a los blancos se les note más que a los oscuros”. Titulé este texto “El fantasma de la guerra sucia” porque este tipo de campaña está en múltiples lados, como una aparición, nadie es responsable de la información que difunde, ni sabemos cómo se origina, pero llega a amplios sectores, hasta el último rincón del territorio.

Para construir nuestra democracia y que ésta avance es necesario exigir madurez política, donde se demuestre la integridad y habilidad de las/os contendientes, su transparencia, el profesionalismo de las/os políticas/os que las/os acompañan y la confidencialidad de las/os consultores. Y claro, para qué negarlo, también el interés de las/os ciudadanas/os en los asuntos públicos y la exigencia de tener gobernantes capaces de asumir responsabilidades a quienes les exijamos rendición de cuentas.  Necesitamos ciudadanos plenos que pasen la etapa de simples electores a actores principales en el escenario público.

*El autor es Maestro en Administración Pública y Política Pública por ITESM y Máster en Comunicación y Marketing Político por la UNIR.

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Juan Carlos Núñez

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