Segundo informe de actividades y recuento a la mitad del camino para la gestión del rector, Carlos Eduardo Barrera Díaz. En mayo de 2021, exactamente el 14 de mayo, el Consejo Universitario de la Universidad Autónoma del Estado de México eligió, por mayoría de votos, al actual rector.
Luego de lo que, inicialmente, fue una contienda con tres participantes, al final terminó con un solo aspirante y comenzó una etapa en la que el principal desafío era restaurar el prestigio y la buena reputación de la UAEMéx.
Con el lema: “Integridad e inclusión universitarias”, Barrera Díaz recorrió todos los espacios universitarios y planteó -como engranaje de su administración- el respeto, la atención a la pluralidad, la igualdad, la libertad de expresión, la justicia, el diálogo, la solidaridad, la responsabilidad social, la transparencia y la rendición de cuentas.
En las cuatro funciones sustantivas de la institución: Docencia, Investigación y Estudios Avanzados, Difusión de la Cultura, y Extensión y Vinculación, se fijó como objetivos -para convencer a la comunidad de su proyecto- el uso de las nuevas tecnologías para formar profesionistas altamente comprometidos con la sociedad, así como reducir la “brecha digital”, prevenir la deserción escolar y cuidar la salud emocional y el bienestar físico de la comunidad, entre otros.
Con una matrícula superior a 90 mil estudiantes en los niveles medio superior, superior y posgrado, se propuso generar alianzas estratégicas con los sectores económico, social y público, además de incrementar la gestión de recursos externos y ampliar las convocatorias para el desarrollo de proyectos de investigación.
Asimismo, se planteó el diseño de actividades artísticas y culturales con perspectiva de género, promover los derechos humanos, la ética y la cultura de paz, además de impulsar que el arte y las expresiones artísticas se constituyeran en parte del desarrollo integral de la comunidad.
En el ámbito de la vinculación, Barrera Díaz señaló -como uno de los objetivos- el fomentar el desarrollo de modelos de negocio para el crecimiento profesional del estudiantado, así como reforzar la vinculación con el sector productivo para lograr la transferencia de tecnología e impulsar una mayor participación de los espacios académicos en la Red de Incubadoras de Empresas de la UAEMéx.
De manera particular, por los antecedentes de escándalos financieros de la institución, uno de los principales retos para esta administración es garantizar un manejo transparente de los recursos y la rendición de cuentas permanente, además de establecer “colaboración permanente con el Órgano Interno de Control” -cuyo titular, por primera ocasión en la historia de la UAEMéx, fue designado por la Legislatura estatal-, además de impulsar una política de racionalización y optimización del gasto.
En esos ejes ha transitado la administración de Barrera Díaz y ha logrado -de manera significativa- reducir la deuda de la Máxima Casa de Estudios mexiquense.
A partir del esfuerzo, la disciplina e incluso el sacrificio de la comunidad universitaria, la deuda disminuyó en 82.1 por ciento. De 420 millones de pesos que se debían al ISSEMyM en mayo de 2021, en enero de este año, el adeudo ya solamente es de 75 millones de pesos. Debe destacarse que ese objetivo estaba previsto alcanzarlo hasta 2026.
Ese resultado y la sana relación, respetuosa y de colaboración, con el OIC, a cargo de Victorino Barrios Dávalos, le ha permitido al rector recuperar la confianza del gobierno federal, de manera que recientemente se gestionaron recursos para la institución. Eso no habría sido posible si no hubiera diálogo permanente con Barrios Dávalos, quien es consultado por el gobierno federal y la legislatura cuando se trata de recursos económicos para la UAEMéx.
Ahora, en el segundo tramo de la administración y en una coyuntura política relevante para el Estado de México (en la cual podría darse una alternancia del partido en el poder), el desempeño discreto del rector Carlos Barrera, podría darle espacio para fortalecer las condiciones de trabajo dentro de la institución y apoyar la labor de la comunidad universitaria.
Inicia la “segunda parte” del rectorado y la expectativa sigue siendo alta. Por ello, será momento de evaluar y ajustar lo que sea necesario, porque el tercer año es la consolidación de una gestión en la UAEMéx.
PERCEPCIÓN
Si bien fue potente la manifestación de la ciudadanía para expresar su rechazo al denominado Plan B de Reforma Electoral -que impulsa el presidente de la República-, ahora la pregunta es: ¿Qué sigue? Porque no se observa en el horizonte algún liderazgo de oposición que aglutine a esa ciudadanía inconforme con el gobierno federal. Aún falta tiempo, pero corre muy rápido.