Solo es una reflexión que pretende impulsar el
mundo de las ideas, los valores y las actitudes.
¿A quién no le irrita el estado de las cosas que no más, no alcanzan nuestra aprobación en el Estado de México? Pero ¿a quién culpamos por ello y qué hacemos con ese malestar? Y vayamos más allá, ¿a quién confiamos el cambio de rumbo tan necesario y urgente que reclamamos a grito abierto, los mexiquenses? Si nos hemos desprendido prematuramente de la confianza y algunas certezas nos han abandonado.
A ese estado de humor social; por cierto, de no muy buen temple, se le empareja ahora, un el proceso electoral para renovar al poder ejecutivo mexiquense, lo que contribuye a incrementar las preocupaciones colectivas y la polarización social.
En tiempos electorales nos da por mostrar nuestras orientaciones y posiciones políticas mejor guardadas y con especial precisión categorizamos todo cuanto nos es posible. Así es como señalamos a los buenos de los malos; a los valientes de los apocados; a los que ejercen el poder de quienes padecen, a los que ejercen el poder y qué tal, ésta; a la gente con los de la “casta de Toluca”, y muchas otras categorías más que surgen en el mundo de la división social.
El desconcierto, también toma su posición, apenas y conocemos nuestra realidad mexiquense; aumento de la pobreza, desempleo, inseguridad galopante, feminicidios, la incomprensible exclusión escolar que se sufre y en consecuencia el rezago educativo más grande del país, caos en el transporte, asaltos violentos en la vía pública y muchas, muchas otras cosas más.
Es cierto, en el Estado de México, nos han abandonado muchas de nuestras certezas, lo podemos ver con solo revisar nuestras expectativas y lo que realmente hemos obtenido en décadas. Pero lo que es aún más cierto, es que nuestro estado de ánimo jamás volverá a encuadrar en ese longevo sistema político. Ahora nuestro reto es luchar por un cambio democrático en nuestra entidad, a pesar de quienes, a capa y espada, defienden “valientemente” sus pequeñas parcelas de poder político y económico.
Los mexiquenses nos jugamos mucho más, de lo que se encuentra en el radar de quienes representan ese poder político a punto de caducar. Lo que deben saber estos personajes es que, han dejado de ser referencia y mapa de ruta de la geografía política estatal.
Ahora confunden más de lo que intentan orientar, como cuando se dicen promotores de un cambio; pero en realidad, representan la más puntual tradición de noventa años en el ejercicio del poder o cuando sus legisladores se muestran protectores de su electorado, pero votan en abstención solo para simular sus votos a favor de lo que, según ellos, están en desacuerdo. Son una brújula descompuesta. Con ellos proliferan las cosas que no son lo que parecen y solo existen los daños colaterales.
No todo es malo, porque los mexiquenses no hemos dejado pasar de largo a ese valioso nuevo espacio emocional, llamado estado de ánimo, sin que tomemos de ello lo mejor. En él, se contiene una fuerza que, es clave para la transformación de las sociedades. La hemos venido adecuando a la geografía política interna. Ese humor social se ha convertido en una poderosa y eficiente herramienta en la construcción política en el estado, así es como se crearon las alternancias en los gobiernos municipales y las diputaciones locales. Ya veremos, el uso que se le dará a esta herramienta el 4 de junio próximo.
Tomemos en serio a ese estado de ánimo ciudadano. Reflexionemos con él, de cómo se producen los cambios sociales requeridos. Escudriñar en el futuro es necesario, pero el resultado siempre será limitado. Es mejor hacerlo con el pasado y equiparse con el estado de ánimo del momento para decidir sobre nuestro porvenir.
Ahora, mis preguntas finales, respecto del estado humor mexiquense, ¿A caso, será ese círculo cerrado dedicado al ejercicio de la intriga y lleno de privilegios lo que, más, hizo enojar a los mexiquenses? ¿Será porque, únicamente generaron oportunidades para unos cuantos, mientras destruían personajes y ámbitos incómodos? ¿Ya logró conseguir su credencial de elector “Alito”?
Hasta aquí con una más de: Mis preguntas finales, nos leemos en la próxima.
Guillermo Calderón Vega. Profesor Universitario, abogado, exfuncionario público, Experto en operación, negociación y concertación política. Twitter: @gmo_calderon / Facebook e Instagram: Guillermo Calderon Vega