El INE ha sido masacrado con la puesta en marcha, el 2 de marzo, del Plan B con las modificaciones a los artículos de la Ley que permiten desaparecer a diversos organismos electorales así como a las normas que los rigen. El Plan B que ya está publicado en el Diario Oficial y la primera acción con que se inició fue el despido del Consejero Secretario General del Instituto, Edmundo Jacobo, experimentado e íntegro.
Toca a la Suprema Corte de Justicia, poder autónomo de la República salirle al paso a las múltiples demandas de estas modificaciones arbitrarias, que no detuvo el Poder Legislativo cuando llegaron a él, y hubo que llegar a la Corte para su valoración y fallo definitivo.
El futuro democrático de México se juega en estas decisiones. En una deliberación que además de apegarse a la Constitución, considere el futuro de las nuevas generaciones. No podemos ni debemos estar sometidos a una sola decisión ni a un solo mandato. Somos una república con tres poderes independientes entre sí.
La sociedad y sus organizaciones están en pie de lucha. Esto no ha terminado, apenas empieza con la furia de muchos y, paradójicamente, con el sometimiento y aplausos de otros que reciben los apoyos de los programas sociales del régimen cuyos recursos vienen de los impuestos que paga la clase media, los trabajadores y los empresarios.
Los once Ministros de la Corte provenientes de grupos identificados con ideologías diferentes, una vez que traspasan el recinto han de dejar éstas fuera. Imparcialidad y justicia para México y los mexicanos es lo que corresponde. Nos jugamos el todo por el todo.
El Plan B, a todas luces regresivo es inconstitucional, lo demostró en su discurso del domingo 26 de febrero el Ministro en retiro José Ramón Cossío en la Plaza de la Constitución. La Corte espera por el multimencionado plan para su revisión, deliberación y veredicto, cuyo fallo debe hacerse con absoluta independencia como poder. Apelamos, sin embargo, al juramento que hicieron los ministros, al ser investidos en esta calidad, más allá de las presiones que reciban pensando que sus hijos y nietos les deberán a ellos poder vivir en democracia, libres y con justicia.
De los Ministros depende que la Constitución se respete y que las Ministras en el Día Internacional de la Mujer hagan escuchar una voz justa, libre, en que la Constitución y la Patria que también se escriben en femenino, prevalezcan.
