Seguramente usted al igual que yo en algún momento ha dicho o por lo menos escuchado a alguien decir: la culpa es del gobierno. Si hay alza en impuestos: la culpa es del gobierno, si los salarios son bajos: la culpa es del gobierno, si hay desabasto en la canasta básica: la culpa es del gobierno y…¿Qué es la culpa? es la responsabilidad que tiene una persona de que suceda o deje de suceder algo, es una conducta regularmente negativa que trae como consecuencia una situación no grata o riesgosa o bien, hasta un delito. La culpa o la responsabilidad pueden atacar la integridad de uno mismo o de otro.
En muchas ocasiones antes de que se esté en contra de una segunda persona, se está en contra de uno mismo. Ejemplo: no lavo mis dientes tres veces al día o después de cada comida o lo hago incorrectamente; esto traerá como consecuencia una caries o quizá dos o tres o tal vez la perdida de una pieza. Algo de lo que debimos responsabilizarnos lo pasamos por alto hasta tener una consecuencia desagradable.
En algunas ocasiones como en el anterior ejemplo, aun cuando no realizamos la conducta que era nuestra responsabilidad, culpamos a alguien con frases tales como: te dije que no había pasta dental, te pedí que compraras la pasta dental, no encontré mi cepillo, no sé dónde lo dejaste. Es mucho más fácil culpar y responsabilizar a otros que hacernos cargo de nuestros propios actos y/o palabras y es cuando llegamos tarde a la entrevista de trabajo y culpamos al taxista o al gobierno por que por su culpa no hay donde estacionarme, cuando tuve la posibilidad de llegar a tiempo y encontrar un lugar para dejar el auto. Si el tráfico se congestiona, culpamos al gobierno, por su culpa no hay flujo vehicular y nadie cede el paso, nadie respeta la luz ámbar con la consabida frase de “sí paso”, y lo único que sucede a cambio es que nos quedamos en medio del cruce obstruyendo la vialidad a los demás pero la culpa es del gobierno. Si vamos a pagar algún servicio y la fila para realizarlo es interminable, la culpa es del gobierno, olvidando que somos los responsables de realizarlo con anticipación y no el ultimo día antes del recargo, más aún si hay recargo, la culpa es del gobierno, quienes son unos rateros y buscan la forma de cobrar de más, cuando, en realidad, existe una fecha límite de pago que omitimos. Podría pasar el resto de este artículo con ejemplos que no son otra cosa que la vida cotidiana. El gobierno no es más que una parte de una triada que se necesitan para tener un Estado, la primera es el territorio, la segunda mi querido lector, es la población y la tercera y no por ello menos importante, el gobierno.
No quiero decir que tengamos un gobierno perfecto, pero si quiero decir que no nos estamos responsabilizando de lo que nos corresponde hacer y a cambio culpamos al gobierno. Así que si queremos un gobierno diferente, con resultados diferente a los que hasta hoy hemos tenido, seamos puntuales; dejemos de gastar el agua desmedidamente; dejemos de ser contribuyentes en el chisme; respetemos los turnos; hagamos lo que nos corresponde con agrado; digamos las palabras clave: “por favor y gracias”; no tiremos basura; respetemos lo que digan los demás; nada nos cuesta estacionarnos en el lugar adecuado, disfrutemos del deporte, seamos virtuosos y no viciosos, respeta los señalamientos. Todo esto permitirá gozar de una vida plena, haciéndonos cargo todos y cada uno de lo que nos toca, dejaremos así mismo de culpar a otros y responsabilizar de lo que sucede en nuestro territorio.
¿Y por qué no decirlo?… La obligación de cuidarnos, es de todos.
¡Los abrazo de corazón!