Diablo: Hola, Belisario, ¿cómo estás?
Belisario: Bien, aquí reanudando las sesiones en el Congreso de la Unión desde el primero de febrero.
Diablo: Te tomaste buenas vacaciones desde antes de Navidad, ¿no?
Belisario: Bueno, yo no tanto, porque me dejan de guardia... son los legisladores los que descansan de sus labores aquí, apenas acaban de regresar... y no todos, muchos ya andan en campaña para su reelección.
Diablo: Dirás precampaña, porque todavía no empiezan las campañas electorales sino hasta el 30 de marzo.
Belisario: Oficialmente, pero ya muchos renunciaron para preparar su campaña de reelección y quedaron sus suplentes.
Diablo: Tienes toda la razón, ya andan desatados los ex legisladores con su propaganda disfrazada.
Belisario: Lo malo es que a mí el trabajo se me multiplica, con tanto novato suplente que llega y no sabe nada de leyes, yo tengo que contestar chorros de consultas de los ciudadanos.
Diablo: Sabes, Belisario, la gente no cree que hay un robot encargado de responder las consultas y que tú existes realmente. Y tampoco sabe el público que en realidad eres el único que trabaja 365 días al año en el Congreso mexicano.
Belisario: Es que yo no me hago propaganda como los políticos ni publicidad como mi novia Sophia, la robotina a la que le concedieron la ciudadanía en Arabia Saudita. Por cierto, va a venir a verme a México en abril, ojalá y me den un descansito aquí en el Congreso para poder llevármela un par de días a Acapulco o Cancún, ya que no pudo venir antes el 14 de febrero para celebrar conmigo el Día de los Novios y los desalmados legisladores no me quisieron autorizar mi viaje a verla y hasta el día de hoy nuestra relación es solamente cibernética.
Diablo: Es cierto, Beli, te lo mereces, no tienes ni un día libre y apenas si esos congresistas burócratas mencionaron que te habían adquirido el año pasado, como si fuera secreto. Deberías de exigirles a los legisladores que te den la ciudadanía mexicana por méritos laborales y así poder casarte con Sophia.
Belisario: Sí, eso voy a solicitar porque vaya que me hacen desquitar la inversión. Por cierto, mi Diablo agente, ¿lograste que te dieran tu parte de la mochada por ser mi agente en la venta?
Diablo: No, hombre, digo, mi querido robot, nunca pude sacarles un quinto. Estos legisladores mexicanos son más duros que una piedra para la lana. Pero llegará la hora final de mi venganza porque ten por seguro que todos ellos, no importa de qué partido, se van a ir al infierno.
Belisario: Y más ahora, que andan haciendo cualquier trapacería para aumentar su cochinito para las campañas.
Diablo: Andan reteapurados porque nadie los conoce ni tienen que presumir en cuanto a trabajo legislativo, porque nada más obedecen la línea partidaria sin pensar.
Belisario: Cierto, tienen tan mala fama que van a batallar mucho para reelegirse.
Diablo: Y además va a llegar nuevo gallo presidencial al gallinero...ya sabes quién.
Belisario: El gallo será muy gallo, pero la gallina es la de los huevos.
Diablo: ¿De dónde sacaste ese dicho, Belisario?
Belisario: Aquí oigo a las legisladoras que cada rato lo repiten, porque se quejan de la discriminación machista.
Diablo: Pues gallo que no repite, no es gallo...
Belisario: Y gallina joven que gane votos, vale más que gallo viejo que no cante.
Diablo: Ay, Belisario, se me hace que ese dicho lo acabas de inventar tú, jamás lo había oído.
Belisario: Pues si algo se aprende en este palenque legislativo, es a improvisar.
Diablo: Nada más recuerda, mi querido robot, que ¨Más sabe el Diablo por viejo, que por diablo...¨
(Febrero-2018)
