Las campañas para elegir a la próxima gobernadora del Estado de México se encuentran a todo lo que dan. A un mes del cierre, las cosas no muestran una clara tendencia que pueda dar por descontado un triunfo contundente para alguna de ellas; por el momento, no hay favorita inamovible.
Lo único que puede presumirse como seguro es que una mujer va a gobernar por primera vez a la entidad mexiquense, es tal vez, de las pocas cosas en las que coinciden, pues existen dentro de sus propuestas y visión, grandes diferencias de forma y de fondo. No obstante, aún ofertan una gran cantidad de promesas con buenas intenciones, pero sigue faltando saber el cómo.
Por un lado, la maestra Delfina Gómez, candidata de la coalición Juntos Hacemos Historia en el Estado de México, conformada por los partidos Morena, PVEM y PT apoya su aparente delantera en las tan manoseadas encuestas, y con ello, pretenden desalentar a los votantes para que no salgan a emitir el sufragio el próximo 4 de junio, pues la supuesta delantera desalienta al ciudadano común, y eso lo saben en Morena.
A pesar de lo anterior, las condiciones no se encuentran de la forma como pretenden imponer como realidad los morenistas, además, son pocas, poquísimas las cosas de las que pueden alardear, por eso se estancan en ello. Ya hay quejas de los que defienden la causa de Alejandra del Moral al respecto.
Sin embargo, siguiendo la lógica de su actuar, y que es lo que han dejado ver en otras entidades en las que gobierna Morena, el partido del presidente López Obrador no se manda solo; se presenta muy complicado creerle a la maestra respecto de que su interés la tiene ocupada para acabar con la corrupción, cuando el pasado fin de semana se observó un completo desaseo por todos los morenistas que integran la cámara alta del Congreso, evitando nombrar al comisionado del INAI.
Lamentable, por cierto, lo observado con las reformas que pidió el presidente, al que le obedecen sus legisladores y aliados al pie de la letra, sin ningún cuestionamiento y, muchas veces, sin saber lo que aprueban; esgrimen su voto apoyados en una terrible locura para un país que debería ser democrático o estar en vías de serlo. Lo que mostraron, fue otra cosa, la vergonzosa posición de súbditos de un monarca.
Dentro de las reformas aprobadas al vapor, existen varias que deberían preocupar a todo el pueblo de México, pero muchos, o están aún preocupados por la salud del presidente, o estaban atentos al concierto de Rosalía, ambas, grandes cortinas de humo, y mientras al pueblo pan y circo, los correligionarios de López se servían con la cuchara grande aprovechando su mayoría en el Congreso.
Si, de aquello que algún día se quejaron amargamente, hoy es lo mismo que hacen, a pesar de que dijeron ser distintos, eso, en voz de su patriarca, el presidente, que insiste en querer gobernar solo para una parte del pueblo, los demás, por no pensar como él, se convierten en sus enemigos.
Entonces, y si ha sido la constante de legisladores y gobernantes actuar de esa forma, entreguista, ¿cómo creerle a la maestra Delfina que su trabajo irá en contrasentido y combatirá de verdad a la corrupción?, o, como lo ha hecho su líder ¿intentará acabar con la corrupción de los otros, pero no con la propia?, porque si de por sí trae arrastrando gran pecado en su pasado, por esa razón, y que no podrá sacudirse por más que intente culpar a su partido, imaginemos el resultado.
De la misma forma, ¿cómo creerle a la candidata de Morena cuando el titular del ejecutivo federal pide que se elimine al INAI?, entonces, en verdad su política en el Estado de México, ¿cursará en sentido contrario al de la federación? ¿Puede aceptarse que tendrá la libertad para elegir entre seguir la política de su mentor, o imponer una diversa?
Lo cierto es que no hay ningún servidor público surgido del partido del presidente que decida por sí mismo, ninguno, todos esperan indicaciones de palacio nacional para actuar en consecuencia, las reformas, las decisiones de gobernadores, todo, sale de palacio nacional.
Por lo que se presume realmente muy complicado aceptar, sin cuestionar, que la maestra Delfina gobernará para los mexiquenses, ¿por qué lo haría? O, ¿gobernará para el oriundo de Macuspana? En el resto de entidades gobernadas por Morena existe un ritual, escuchar y seguir indicaciones ¿Por qué tendría que tratarse diferente al Estado de México?
Para nadie puede ser un secreto que el pastelito que significa el Estado de México es de gran interés, es la envidia de los morenistas, que harán todo lo que sea para ganar la silla del palacio estatal, no únicamente por el número de votantes, sino por lo que significa estratégicamente y por la cantidad de recursos que representa.
Digan lo que digan en morena, saben que la maestra Delfina no crece como quisieran, y que la candidata de Vamos por el Estado de México se encuentra muy cerca de ella, lo saben, así que hay que esperar cualquier tipo de intentos que harán por ganar a como dé lugar, no será raro ver señalamientos y acusaciones como se hicieron en el norte de la República en el 2019, y de los que pocos hicieron caso.
Por otro lado, Alejandra del Moral tampoco la tiene nada fácil; la alianza con PAN, PRD y Nueva Alianza, ha tenido que remar contra corriente para convencer a las diferentes fuerzas, y, a decir verdad, en el PAN aún no parecen muy convencidos o, puedan demostrar que ya superaron que el PRI no les haya cumplido con lo que se comprometió.
Así las alianzas, así las campañas, pero, es lo que hay, y sobre eso se tiene que trabajar, a la ciudadanía le correspondería exigir a ambas candidatas aclaren sus dudas, pero primero tendrían que dejar de lado que una u otra les caiga bien. Por el contrario, debieran preferir a un gobernante que sepa resolver los grandes problemas que enfrenta el Estado de México, y, especialmente, sepa qué hacer ante la crisis que se avecina. Elegir correctamente a quien tenga la capacidad de mantener a flote el barco, de lo contrario, los próximos seis años serán de una gran obscuridad que parecerá eterna.
Decida lo que decida el ciudadano, el voto, es la vía democrática por el que determina en libertad, su futuro.
