Los diputados y senadores de Morena, del Verde Ecologista y del PT han causado gran daño a los mexicanos con sus reformas, las cuales realizaron sin análisis ni planificación, especialmente en los temas del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios, la desaparición del INSABI, la desaparición de la Financiera Rural y la nueva Ley General en materia de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación.
El Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios se creó como un instrumento de previsión y estabilización fiscal del estado mexicano para compensar posibles disminuciones en la captación de ingresos y contar con una bolsa de respaldo que permitiera atender los requerimientos del gasto público. Sin embargo, en los últimos años, se ha registrado una disminución drástica de los recursos, lo que pone en riesgo la estabilidad económica del país, lo que demuestra la falta de planificación y responsabilidad por parte del gobierno de la 4T.
La desaparición del INSABI también es un ejemplo. Desde sus inicios, este instituto ha sido un fracaso operativo y administrativo que ha provocado un severo desabasto de medicamentos y la falta de atención a los padecimientos de niños, jóvenes, mujeres y adultos mayores que no tienen seguridad social. Quienes padecen de cáncer se quedaron sin apoyo, por ejemplo.
El incumplimiento de la promesa de contar con un sistema de salud de primer mundo como el de Dinamarca, ha puesto en riesgo el funcionamiento del IMSS y la incertidumbre de qué pasará con los 3.4 millones de mexiquenses que estaban afiliados al INSABI, que antes fue el Seguro Popular y… funcionaba.
La desaparición de la Financiera Rural también es una muestra de la irresponsabilidad y falta de interés por el campo. En solo cuatro años y medio, el gobierno de Morena ha quebrado esta institución que, hasta 2018, presentó saldos positivos. Esto dejará a más de 5 millones de pequeños y medianos productores sin la posibilidad de acceder a créditos accesibles que les permita seguir produciendo alimentos. Además, el presupuesto federal asignado no ha crecido en la misma proporción que los desafíos del sector rural, lo que pone en riesgo la seguridad alimentaria del país.
La nueva Ley General en materia de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación es muestra clara que Morena le está dando la espalda a la comunidad científica, no atiende las necesidades de los estudiantes ni de los investigadores y subordina el conocimiento a las prioridades del Ejecutivo federal.
Esto es regresivo, ya que limita la libertad de investigación, restringe la elección de programas de estudio, margina a las instituciones privadas y condiciona los recursos. El CONACyT es historia. El gobierno federal no ha querido, ni quiere invertir más en ciencia y tecnología, lo que es un grave error, ya que un país que no invierte en estos rubros está destinado al fracaso.
¿Qué va a pasar después? No lo sabemos, lo cierto es que el gobierno federal parece que busca obtener recursos de donde se pueda, no importa si se trata de destruir las instituciones. La pretensión clara es contar con los fondos suficientes para continuar con los programas sociales que les ha dado el apoyo de las mayorías a Morena con la entrega de dádivas, que algún día terminarán, porque no hay impuestos, sí, nuestros impuestos, que alcancen para llenar un barril sin fondo.