A unos días de la elección más importante para el Estado de México, y para el país, las candidatas de las coaliciones “Juntos hacemos historia en el Estado de México” de los partidos Morena, PT y Verde Ecologista, y “Va por el Estado de México” integrada por PAN, PRI, PRD y Nueva Alianza, Delfina Gómez y Alejandra del Moral, respectivamente, se enfrascan en una lucha hostil de encuestas; por un lado, la exigencia que parte de la idea de que deben tener mayor valor, incluso que las elecciones mismas; y por el otro, dar por hecho que ya se alcanzó a quien aparentemente lleva delantera.
Uno de los defensores más acérrimos por lo que dicen las encuestas es Horacio Duarte, flamante coordinador de campaña de la maestra Delfina, quien sostiene que, aquellas, les dan 20 puntos de ventaja, y con eso, ya es seguro el triunfo. Bueno, casi pide que, desde este momento, se le entregue la constancia de mayoría a su candidata.
De ser el supuesto como lo pretende imponer Horacio Duarte, estaría desestimando lo que piensa el electorado, ¿quién le garantiza a Duarte, a su equipo, o a la propia candidata que así será el resultado?, la recomendación sería no comer ansias, como lo decían los abuelos, por algo.
Aunque la soberbia no únicamente es de Duarte, parece más bien ser el distintivo de los morenistas; hacen menos a la oposición y a la posible reflexión del ciudadano, presumen números alegres y quieren olvidarse del gran bloque de seres humanos que pertenecen a la clase media y que inunda al Estado de México; esa clase que ha sido vilipendiada por su presidente.
Sin embargo, el 2021 les dio una gran lección que parece no haber sido aprendida, la clase media demostró que no es propiedad de nadie, y que no cree en las encuestas; es más, lo que éstas decían y los números que reflejaban no fueron de su interés. Los ciudadanos se manifestaron en las urnas, doblegando a la mitad de la ciudad de México que, hasta entonces, presumían como un bastión del obradorato ¿quién les garantiza que no será así?
El sondeo que realizan las casas encuestadoras, muchas veces ofrecidas al mejor postor, no ganan elecciones, eso ya deberían saberlo en Morena; de ser el caso, y que, como lo exige Horacio Duarte, que desde ahora mismo se le entregue ya la constancia de mayoría a la maestra Delfina, no tendría caso entonces asistir a las urnas. Es esa la intención, desalentar al electorado.
La idea del coordinador de campaña de la maestra Delfina, de su partido y del propio titular del ejecutivo federal, es insistir con las encuestas, y que éstas sean tomadas en cuenta más allá de lo aceptable, es su objetivo, porque las tienen controladas; recordemos el destino que sufrieron el aeropuerto que se construía en Texcoco, una empresa cervecera, o el tren maya, etcétera, ¿alguna de ellas ha arrojado una condición diferente a la voluntad del líder morenista?
La noche del 4 de junio se podrá observar la tendencia, gane quien gane, lo dirán las boletas marcadas para un sentido o para otro, y entonces, podrán enfrentarse los números que se tenían hasta antes de ese día. El elector tendrá la última palabra.
¿Qué sucederá con la posibilidad de que no le favorezcan las preferencias a la maestra Delfina?
Es más simple de lo que parece; no hay nada sofisticado, se lanzarán en contra del instituto electoral, negarán la derrota y harán lo que saben y aprendieron bien, tratar de desconocer con violencia de por medio, las elecciones, alegando que se trató de un fraude. Ya lo ha dejado ver así la candidata morenista en su propaganda, en la que señala que no permitirá que le vuelvan a robar la elección, solo que, si se refiere en la que perdió contra Alfredo del Mazo, no se la robaron, jamás demostró que haya sido así, fueron los votos que le fueron negados en su favor los que la vencieron. Y ahora, Alfredo del Mazo ni siquiera ha metido las manos.
Para la candidata de “Juntos hacemos historia”, los morenistas y aliados, no puede haber ningún otro escenario que no sea en el que ellos se levantan con el triunfo, ¿cuál es su idea democrática? No la tienen, nunca la han tenido, como no la tiene su líder supremo, y tan es así, que ha sido su bandera principal, “el fraude electoral”, en el 2006, en el 2012, etcétera.
Sin embargo, Alejandra del Moral, de la coalición “Va por el Estado de México”, cuenta con un apoyo que se ha insistido en minimizar, hasta por los propios partidos que conforman esa alianza, las asociaciones civiles que se le han sumado para apoyarla, y que tienen otra percepción.
A pesar de que se diga por todos los rincones del Estado que la maestra Delfina es la virtual ganadora, no hay nada escrito hasta este momento, será el conteo de los sufragios que así lo confirmen, y sí, la voluntad ciudadana atropellará a sus encuestas y saldrá a marcar diferencia.
A decir verdad, no se sabe, pero sí se conoce el talante violento del comportamiento morenista; el Estado de México se encuentra invadido de gente extraña, miles de personas de pronto se registraron como vecinos en territorio mexiquense, a eso se le llama turismo electoral. Trampas siempre han existido, la pregunta sería: ¿hasta dónde son capaces de llegar?
Mientras tanto, la ciudadanía posiblemente ya tiene en mente lo que hará el 4 de junio próximo; a pesar de la insistencia del instituto electoral para que acudan a votar, para muchos será un día más, y sin importarles nada se irán de paseo, a comer, o a realizar cualquier otra actividad que les parezca más atractiva. La democracia, su voto, y la elección, no serán tan importantes. Así ha sido, y así será, desafortunadamente.
A pesar de ello, las elecciones del Estado de México marcarán en el calendario un día particularmente importante, la contención que intentarán, por un lado, o la toma del Estado de México, por parte de los morenistas, para continuar con ese esperpento llamado graciosamente cuarta transformación.