Declara el Presidente López Obrador que el día que se conozcan los resultados de la encuesta de “las Corcholatas” de Morena para ganar la candidatura a la Presidencia de la República, él cederá la estafeta del movimiento morenista a quien la gane y al año siguiente, el poder presidencial.
Se advierte en su declaración, nostalgia y presagio pero no una vocación constitucional en términos democráticos, a modo, para poder dedicarse a la campaña Presidencial de sus corcholatas y la oposición, de Septiembre de 2023 a Junio de 2024. ¿Lo grave e importante que ocurra mientras tanto en nuestro país estará en su agenda? No; los servicios de salud que son un desastre, no la sequía, las crisis hídrica y eléctrica, así como el llamado de atención (amenazas) de la DEA y varios gobernadores de los EUA, en el sentido de extraer a los jefes de dos de los principales cárteles mexicanos, habida cuenta que el gobierno mexicano ni su presidente han hecho nada por resolver el gravísimo problema del fentanilo que se exporta al vecino país.
El plan del Movimiento de Regeneración Nacional es de largo plazo. Qué persona de poder no ha soñado con que así sea su proyecto, y AMLO no es la excepción. A ello se dedicará en cuerpo y alma el año que media entre el triunfo de su corcholata en la encuesta y el 2024, a fin de establecer y perpetuar un Maximato, su sueño al final de su vida.
No se toma en cuenta, sin embargo: su precaria salud, los stents que tiene colocados para seguir adelante, los infartos, la edad (en este 2023 cumplirá 70 años). No es eterno ni lo serán sus estrategias para lograr que su proyecto de transformación ocurra como lo ha pensado. Afirmemos, por último, que el día que la persona que gane se siente en la silla presidencial, impondrá su estilo personal de gobernar y quizás atienda alguna recomendación del viejo líder, las demás, poco a poco se irán desdibujando.
El rey de la comunicación descubrió, hace tiempo, que los pobres, los vulnerables y los fanáticos de izquierda estaban listos para escuchar su homilía mañanera con la esperanza en el sentido que “primero los pobres” que ahora son más. Enfermo de poder, AMLO, de acuerdo a lo que señalaban los griegos, se enfermó de hibris y más dolencias, gracias al poder detentado, lo que lo llevará caer en cama y a vivir la amargura de los tropiezos de su 4T y no ver su sueño realizado.
