A partir de que el Instituto Nacional Electoral (INE) ha sido obsequioso con el presidente Andrés López Obrador y con la 4t, incluyendo a sus candidatos, quienes se pasean a lo largo y ancho de la república mexicana, violentando un día sí y el otro también la norma electoral, sin consecuencia alguna, los ataques que se solían enderezar desde las mañaneras del presidente en su contra, han cesado.
Con la llegada de la nueva presidente del INE, Guadalupe Taddei Zavala, las cosas han cambiado completamente, lo que anteriormente parecía imposible con Lorenzo Córdova Vianello, hoy, se ha convertido en un suave colchón en el que la política de violación a las leyes electorales por parte de la 4t no sufre la menor preocupación.
Y mientras eso sucede con el Instituto Electoral, los enemigos del presidente son siempre los mismos, los que tienen criterio propio, los que defienden su autonomía e independencia, ¡vamos! todos aquellos que no le dicen sí a todo lo que hace o propone el tabasqueño, incluyendo a los que no se ríen de sus raros chistes que únicamente él entiende.
Con el INE bajo control, condición que puede fácilmente descubrirse cuando van los consejeros a escuchar al poderoso jefe del ejecutivo para “pedirles que se porten bien”, lo único que a éste le queda, es seguir impulsando a los candidatos de Morena, “sus candidatos”, porque, aunque diga y digan en ese partido que será con base en una consulta como se elija a su representante, bien él sabe quién será la elegida, pero le conviene que los demás sigan paseándose por todo el territorio nacional, a final de cuentas, abonan para sus intereses personales.
Por desgracia para el verdadero pueblo de México, ese que sufrió los estragos de la pandemia, como ahora sufre la falta de medicamentos, y por la inseguridad, o la falta de empleo, como la carestía, y sobre todo, por la inseguridad, el presidente tiene su atención exclusivamente fija en seguir controlando el poder ¿lo demás? Pues será culpa de anteriores gobiernos, o de quien se le ocurra en esta semana, pero jamás, jamás, de su gobierno.
Pero eso no cambia las cosas, que a diario se diga en el programa presidencial mañanero que ya no hay impunidad, que la inseguridad va cediendo, que trabaja el gobierno incansable todos los días desde muy temprano para seguir reduciendo el índice delictivo, y mejorando la calidad de vida de los ciudadanos, no se ajustará a su voluntad, la verdad es que, la gente, el verdadero pueblo, resiente otra realidad.
Ejemplos sobran, como el hecho de que nunca como hoy había sido tan inseguro viajar por carretera; son pocos los que aún se arriesgan a transitar por las noches, el reporte de varios transportistas es que las patrullas brillan por su ausencia. La seguridad, hoy, en manos de la Guardia Nacional, no se da abasto; la policía federal de caminos dejó de existir, se presume que muchos de sus activos eligieron el bando contrario, pero eso no deja de ser únicamente sospecha.
Lo peor de todo, es que ya no es nada más dejar de transitar en la noche para no caer en manos de la delincuencia, porque ya es a pleno día cuando ocurren los asaltos, recién circularon por el internet videos en donde se puede observar a grupos criminales con armas largas despojando de sus vehículos a los que aparentemente eran familias, con total impunidad, esa, de la que dice el presidente que ya no existe.
La pregunta lógica que se debería hacer cualquier ciudadano, en especial los que han sufrido esos atropellos es, ¿dónde está la autoridad? Como consecuencia del “sospechosismo”, existe un acuerdo entre la delincuencia y el gobierno, en estos momentos no deja de ser presunción, nadie lo ha demostrado, lo que sí existe, es el terror que reporta sentir una gran parte de la sociedad. Según indicadores de los Estados Unidos, el 81% del territorio está copado por el crimen organizado.
Pero si algún miembro de la prensa independiente se atreve a cuestionar al mandatario nacional; en primer lugar, no tendrá una respuesta satisfactoria, lo que si obtendrá, es la de un molesto López, que se le irá encima con todo para ofenderlo, denigrarlo y despojarlo de cualquier atisbo de independencia.
Y ¿cómo se atrevería alguien a retarlo?, si ahora se encuentra ocupado con la que puede ser la posible candidata a la elección presidencial para el 2024 por parte del Frente Amplio por México, que integran PAN, PRI y PRD, la senadora Xóchitl Gálvez, a quien ha insultado hasta el hartazgo, y contrario a lo que supondría, eso la ha hecho crecer como no se hubiese imaginado.
La senadora Xóchitl sale en cada programa y noticiero que se le invita, con gusto y con una sonrisa muy de ella, se presenta a donde la invitan, responde todo tipo de preguntas, es, la sensación del momento, y precisamente fue López Obrador quien la encumbró.
Eso lo tiene molesto, porque de pronto, es Xóchitl de quien se habla, el fenómeno, les parezca o no, porque hay quienes se sienten ofendidos por hacer el señalamiento, que es ante todo, del dominio público, le ha arrebatado la agenda al mismísimo López Obrador, y a los aspirantes presidenciales de Morena, sencillamente, no saben qué hacer o cómo reaccionar, porque cada vez se ven más limitados y por el otro lado, la simpática ciclista les gana por la buena, toda la atención.
Sin embargo, López Obrador está muy lejos de ceder un centímetro, vendrán tiempos difíciles, la senadora panista debe saberlo, el tema electoral es lo de López, y no permitirá que ella, o cualquier otro, arruine sus planes, por lo que como consecuencia se pondrá más violento, con ello, y el INE en la bolsa, continuará atentando contra la ley electoral, no le importa, nunca le ha importado, pasar por encima de la ley.
Puede ser incluso, que de presentarse circunstancias adversas en el 2024, le hagan dar un golpe de timón y alegue que la “oligarquía” le quiere quitar el triunfo a Morena y se armará un zafarrancho para que sea él y solo él, quien se erija como único salvador de la patria y entonces, decida continuar hasta apaciguar los ánimos en el país.
¿Qué tal?
