Construir un camino que sea de voluntades, a veces toma más de una vida. En ocasiones, se está cierto de que se acerca a la meta y se ve la luz al otro lado del camino. Se sabe que todo lo hecho, tiene que llegar a su destino.
Debe tener buen fin. Ser testimonio permanente.
Nunca se detiene el iniciador de un camino a la trascendencia, porque sabe que al final, éste existe. El sólo es el precursor de abrir veredas y de asegurarse de que éste no quede vacío. Los ideales elaborados alrededor de los valores, construyen los más sólidos caminos. Estos no tienen fin y se renuevan todos los días. Los que construyen, son los que hacen que la vida vuelva a inventarse mil veces.
Esto para mí, ha sido una Serendipia. Jamás pensé en mi vida, que después de 33 años, me iba a encontrar con una mujer que ahora, al paso de los años, se había convertido en la secretaria del Trabajo de mi Estado. Era importante verla y que yo no me hubiera equivocado. Así nació una gran amistad.
Maribel Góngora trabajó conmigo dentro de la administración pública, en el Consejo Estatal de Población, desde hace ese tiempo que les platico. Y que de sopetón y sin previo aviso estuviera delante de mí de nuevo, ha sido de una alegría. Alguien que, desde ese entonces, hasta ahora, en los momentos más difíciles de mi vida, me ha acompañado. Así es ella.
Ella era una mujer realmente joven en ese tiempo que les cuento. Tal vez 18, o 20 años, tenía a su cargo la instrucción de hacer, --yo le había pedido que así fuera--, programas de la mujer, para su apoyo inmediato. La historia no fue tan fácil. Pero los hizo. Los empezó y los instrumentó por primera vez en este Estado. Pero esa es otra historia, que algún día contaré.
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Y he aquí que estoy haciendo para ella, y ya casi terminado, un libro hermoso, de unas escuelas de excelencia, que se llaman Edayo. Este libro pretende ser la historia de un camino que ha iniciado un gran precursor, y otros tantos más. Y todo empezó el 18 de febrero de 1828, a sólo 4 años de haberse erigido el Estado de México como entidad federativa y bajo los auspicios del gobernador liberal don Lorenzo de Zavala. Así es que nace el Instituto Literario de Toluca, más tarde Instituto Científico y Literario y actualmente, Universidad Autónoma del Estado de México… El 11 de septiembre de 1989, por decreto de la Legislatura local y a instancias de otro insigne gobernador, don José Vicente Villada, se crea la Escuela de Artes y Oficios para Varones, teniendo como objetivo principal, “… la educación e instrucción primaria, científica y práctica de los que aspiran a obtener aptitudes para ejercer algún oficio, arte o industria.”
Es por supuesto éste, un acercamiento a la actualidad, después de tantos años de existencia, de vanguardia, pero su importancia radica en que tiene varias veredas y todas llevan al mismo lugar: meta anunciada y vivida; estudiada y entendida; valorada e identificada, en un solo ideal: el amor al Estado de México y a sus habitantes, y la posibilidad de hacernos entender el por qué debemos cuidar a los jóvenes y enseñarles todo lo que podamos en este tiempo. Así será.
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