Leonardo Lomelí Vanegas será el nuevo rector de la Universidad Nacional Autónoma de México a partir del 17 de noviembre. Doctor en Economía y en Historia, y secretario general de la UNAM durante el periodo del Dr. Graue, cercano a los problemas y proyectos de la universidad en el tiempo actual. Concluye la dinastía de los médicos (notables todos ellos, sin duda). Un aire fresco llega a la casa de estudios junto con la Bióloga Patricia Dávila Aranda como secretaria general.
Un rector joven, solvente para un nuevo tiempo. Contrapeso, territorio de reflexión de ideas, venero para los jóvenes estudiantes, los estudiosos, los profesores, los investigadores, los creadores y quienes los siguen. ¡¡¡La comunidad universitaria lo recibe con un gran GOYA!!!
El Dr. Leonardo tiene una visión universal moderna de acuerdo a lo que se advierte en sus primeras declaraciones a la prensa: continuidad con cambio, pluralidad, incluyente, respeto a las ideas con apego al proceso, por cumplir en la revisión y veredicto en el que se litiga el caso sobre el plagio de la tesis de la ministra de la Corte, Jazmín Esquivel.
Las especulaciones previas en el sentido de quien era él o ella mejor y que estaban metidas las manos de la 4T, parecen disiparse. Pareciera que en diversos ámbitos de incidencia se espera fortalecer a una universidad sólida, solvente y con el desafío de atender a más de 370 mil estudiantes en 12 campus, con 16 facultades, 5 unidades multidisciplinarias y 9 escuelas. Universidad que es gratuita, con derecho al IMSS, cuentas de internet y zoom gratis por añadidura, cuya autonomía seguirá siendo paradigma e identidad, compitiendo con las mejores universidades del orbe
Como siempre surgen quienes señalan, no sin razón, y entre los universitarios en diversos ámbitos, que se está ausente de la discusión pública en la dimensión social de nuestro tiempo, y del debate público sobre la circunstancia y el futuro.
La Universidad que nos distingue y lo hace con México y Leonardo Lomelí entra en esta discusión e identidad. En suma “continuidad con cambio”.
La UNAM tendrá que ir a la velocidad de nuestro tiempo, palanca del desarrollo y de la competitividad internacional. Sólo así seguirá siendo la casa del desarrollo de los grandes talentos que han hecho a México e impulsarán a sus alumnos y estudiosos a seguirlo haciendo.
